El engaño
El engaño es el nudo narrativo de muchas creaciones literarias, antiguas y recientes. Pensemos en Homero, con el gran engaño del caballo de Troya relatado en la Ilíada. En la Odisea vemos a Penélope renovando cada día su engaño para eludir a los pretendientes deshaciendo por las noches su tejido.Ulises por su parte engaña al monstruo Polifemo con un astuto juego de palabras.
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Shakespeare recurre al engaño en muchas de sus tragedias, recordemos a Otelo y a Romeo y Julieta.
No elencaré a las infinitas Madames Bovary, Anna Kareninas y Ladys Chatterley, porque sería historia de nunca acabar.
En Cervantes, el engaño es provocado por su locura, se trata de un autoengaño que no pretende obtener ventajas o encubrir la verdad; de esto se deduce que para que el engaño sea considerado parte sustancial de una obra literaria,se trate de comedia,o tragedia, debe ser una acción intencional.
En la literatura infantil hay narraciones en las que se usa este recurso. Muchas veces es el medio que el protagonista adopta para superar obstáculos. Cuando el héroe consigue su cometido gracias al engaño podríamos preguntarnos cuál es el mensaje educativo que envía esa lectura.
En la mitología griega vemos que Hércules engaña a Atlas para robar las manzanas de oro y descargar de sus hombros el peso del mundo...es notable que en todas las imágenes que tenemos de Atlas lo vemos sosteniendo el mundo sobre la nuca. Los artistas no tomaron en cuenta de que entonces no se concebía la idea de un mundo esférico. Es como representar a Cronos con un reloj digital al pulso.
En casi todas las narraciones del Antiguo testamento el engaño propicia las acciones que se encadenan con otras. A menudo consisten en la sustitución de la identidad; Jakob roba la bendición del primogénito,que le corresponde a Esau y poco más allá lo vemos pedir la mano de Raquel y su suegro le endilga a su hija mayor Lea ( la novia estaba velada)
En los casamientos judios se conserva simbólicamente el recuerdo de este hecho. La novia llega con el rostro cubierto por un tul que el novio aparta para verificar que se trata de la mujer elegida.
La virtualidad del medio comunicativo actual favorece el uso del engaño que va desde las meras mentiras sobre edad, sexo u otros detalles, hasta otros, que en muchos casos lindan con el delito. Los embustes de las cadenas de solidaridad no son más que pretextos para acumular direcciones electrónicas, que se utilizan en los infinitos mensajes SPAM.
El engaño hoy en día no se limita a las palabras, son frecuentes también las alteraciones de imágenes, que, a pesar de resultar espectaculares no son más que auténticos fraudes.
Les dejo un proverbio árabe que da que pensar:
"La primera vez que me engañes, será culpa tuya; la segunda vez, la culpa será mía."
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