Con un final….
La juventud, la inexperiencia y tal vez los malos consejos, me llevaron muy lejos, al lugar donde creí que sería feliz.
Nada de lo que pensé en aquel momento, me traería esa felicidad, muy por el contrario, a pesar de arrepentirme de lo hecho en mi vida, más me arrepiento de lo que no hice.
No formé una familia, mi gran amor me dejó y no la culpo, ni siquiera su familia quiso decirme dónde encontrarla, la busqué, pero ahora me doy cuenta de que quizá no quería encontrarla, me gustaba mi vida de bohemio, me encantaba mi libertad y para eso era imprescindible la soledad, las mujeres, esas de las que creí enamorarme, todas se fueron dejándome en libertad de seguir mi camino sin ellas.
Al volver al lugar donde nací, todo me trae recuerdos, amargos y tristes recuerdos de juventud que no dejaron nada en mí, ahora lo sé y aunque tarde ¡cómo quisiera no tenerlos!
Cuando veo a una pareja con sus hijos me siento increíblemente solo, quisiera volver a verla, este sentimiento me está destruyendo sin poder remediarlo, ¡Helena!, ese era su nombre, jamás la olvidé, aunque por aquellos años creí hacerlo, el tiempo me demostró lo contrario y hoy daría parte de mi vida por tenerla a mi lado.
Un hermoso árbol de Navidad que adorna el restaurante donde vengo a cenar, me entristece aún más, aquí precisamente era el lugar elegido por ella para alguna cena para festejar algún aniversario o simplemente para estar juntos.
Hoy todo está cambiado, el lugar, modernizado, el personal nuevo parecía hacerlo más ágil, aunque observando bien, algún camarero, envejecido por los años y el trabajo, aún seguía trabajando quizá en el mismo puesto de antaño.
Un anciano del otro lado del mostrador, sonreía al mirarme, no me atreví a sostenerle la mirada, quizá se equivocó y me confundió con otra persona, me dije a mi mismo, pero al ver que se acercaba a mi mesa, lo reconocí, uno de mis antiguos amigos, el más fiel y compinche, en aquello se había convertido.
----Mi querido amigo, me dijo, creo que también me reconociste a pesar del paso del tiempo, sigues siendo el mismo apenas han pasado los años para ti.
----¡Rafa, amigo, cuántos años sin vernos! No imaginas cuánto deseaba, en este momento encontrar un amigo.
-----Pues, has venido al lugar correcto, ¿sabes? Soy el propietario, lo compré al morir mis padres, al fin pude sentar cabeza, me casé y tengo dos hermosas hijas, pero, dime ¿qué es de tu vida? ¿dónde está Helena, se casaron verdad?
----No Rafa, no tuve tanta suerte como tú, a Helena no la he vuelto a ver, me fui como un idiota para no volver hasta el día de hoy.
----Qué tristeza, te creía casado y con varios hijos.
----No, la vida se me fue de las manos y hoy está tan vacía como cuando me fui. Pero, dime, ¿has vuelto a verla, se casó, tuvo hijos? Dímelo, qué, aunque me duela, quiero saberlo.
----Lo lamento Sergio, pero la que puede hablarte de ella es mi esposa, me casé con Marcia, su mejor amiga y aunque no vive en esta ciudad y nunca hablamos de ella, sabe de su vida.
----Rafa, necesito saber de ella, pregúntale a Marcia por favor, tengo un sentimiento muy profundo que no logro descifrar y quizá si la veo…
----Ven mañana a mi casa, querido amigo y Marcia podrá decirte todo lo que quieras.
Al día siguiente con un ramo de claveles estaba en la puerta de la casa de mi amigo, Marcia me abrió la puerta, apenas la reconocí, había cambiado mucho, aunque seguía siendo la muchacha alegre de siempre.
----Mi estimado amigo Sergio, ¡tantos años sin verte!
----Mi querida Marcia, no sabes cuánto me alegro de que ustedes se hayan casado, se los ve muy felices.
----No es para menos, tenemos dos hermosas hijas, una de ellas ya tiene novio y está por casarse, ¡cómo vuela el tiempo! La otra, Eugenia estudia en el extranjero por eso no podrás conocerla, aunque, quizá venga al casamiento de su hermana y podrás verla.
----Ni me lo recuerdes, lo malo es que sólo lo notamos cuando se fue porque, ¿para qué decirlo?, jamás regresa.
----Pasa, estamos esperando a Florencia, una de mis hijas y su novio, ellos quieren verte también porque a pesar de no conocerte, siempre les hablamos de ti, de nuestra juventud.
La puerta de entrada de la casa se abrió para dar paso a una pareja muy moderna que entre risas se presentaba a Sergio.
----Mi nombre es Simón, soy el novio de Florencia y me alegra mucho conocer al mejor amigo de mis futuros suegros, de tanto oírlos hablar de usted casi casi lo conozco.
Así transcurrió la velada, entre amigos y sin poder hablar de Helena.
Casi a media noche Simón dijo que tendría que marcharse ya que al día siguiente tendría, sin más remedio que trabajar, pero le propuso a Sergio llevarlo hasta donde estuviera alojado.
Sergio aceptó, le agradaba el muchacho y su compañía era agradable.
----Así que te casas pronto, Florencia parece ser una excelente novia y veo que se llevan muy bien.
----Así es, hace dos años que estamos saliendo y mi madre ya quiere tener nietos, sonrió.
Y así entre charla y charla se despidieron Simón y Sergio con la promesa de volver a verse en el casamiento que sería en dos semanas.
Por alguna razón, no se volvió a hablar de Helena, quizá Sergio tenía miedo de hacerlo.
Al fin llegó el ansiado día para la pareja, la iglesia estaba repleta de gente, la novia era una verdadera princesa y el novio no podía estar más elegante y nervioso.
Sergio estaba muy nervioso también, pensaba en lo que hubiera sido su vida si hubiera sido más sensato…
Al comenzar la ceremonia Rafa se acercó a Sergio y le dijo que se sentara junto a la familia, él también formaba parte de ella, la amistad, cuando es verdadera también nos une.
Todos estaban allí, al fin pudo conocer a la otra hija de su amigo, se parecía mucho a su hermana, aunque era nos años menor.
Sergio se sentó donde le propuso su amigo cuando de pronto vio a alguien que también estaba en el grupo familiar, una mujer hermosa, cuyos blancos cabellos la hacían más bella aún, toda su vida pasó dentro de su cabeza como por arte de magia y para asombro de todos, se desplomó y no despertó hasta que su amigo junto a otros, lo levantaron y sentaron en una silla.
----¿Qué he hecho?, arruiné la boda, qué vergüenza dijo con las manos tapando su semblante pálido.
----No te preocupes, la ceremonia se realizó ni bien supieron que estabas bien, le dijo una voz familiar.
----¿Qué es todo esto? Preguntó, ¿qué me está sucediendo? Veo cosas imposibles, mi mente no responde, creo que me estoy volviendo loco.
----No, mi querido Sergio, la loca fui yo al dejarte sin decirte que, a pesar de tu manera de ser, te quería y que estaba esperando un hijo tuyo.
----¡Helena! ¿eres tú?, no lo puedo creer, es un milagro.
----No, mi querido Sergio, apenas llegaste, Marcia me llamó, no quisieron contarte nada hasta hablar conmigo, pero ella y Rafa sabían que nunca te había dejado de amar y ahora que nuestros hijos se casaron, al fin podremos formar la familia que siempre añoré y que sé, por lo que me han contado, tú también quieres.
A veces la vida nos sorprende, Sergio al fin había obtenido algo de ella, la soledad ya no sería su refugio, tenía un hijo y el amor de la mujer que jamás pudo olvidar.
Omenia
15/12/2022
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