TU COMUNIDAD DE CUENTOS EN INTERNET
Noticias Foro Mesa Azul

Inicio / Cuenteros Locales / KARISTESE / Somos fuertes parte 8

[C:614387]

Somos fuertes parte 8

La familia festejaba la navidad. Clara preparaba el menú y compraba los ingredientes. Nuria se preparaba para regresar a la escuela en enero. Tendría un cargo importante, la escuela para padres antes de incorporarse como maestra de los adolescentes en agosto.
Pero no falta el acontecimiento que todo echa a perder. Clara se esmeró en que la mesa estuviera lista, los cubiertos, los platos, la comida, el postre, el vino y los regalos lucieran increíbles. El árbol le daba un toque de esperanza a la familia, nada podría joderlo. La idea era que Nuria y Emilio conocieran a Flavio y también a Héctor Medina.
Por la tarde, Israel terminaba de bañarse y ponerse loción. Su hermano lo criticaba porque estaba muy apestoso.
Las amigas de Clara la fueron a buscar para hacerle un tratamiento facial y dejarla bella para la cena y de paso, leerle el tarot. La mujer se hizo de rogar, pero al final aceptó. Clara dejó la mesa puesta, no quería que nada saliera mal.
A las siete de la noche, Medina llegó con Flavio. Israel estaba muy nervioso, él les abrió la puerta de su casa y de su familia.
-Adelante, pasen – dijo Israel.
El joven saludó al Doctor Medina de un fuerte apretón de mano y a su novio de un beso en la mejilla. Los tres hombres entraron a la casa, se podía mirar la decoración navideña y la mesa puesta. Nuria salió de la cocina para conocer a su consuegro.
-Mamá, ya conoces a Flavio. Él es el doctor Medina.
-Mucho gusto – respondió la maestra – es un placer conocerlo – dijo ella.
-El placer es mío – respondió Héctor con un fuerte y formal apretón de mano.
-Tomen asiento, están en su casa. Emilio está arriba cambiando a la niña.
- ¿Niña? – pregunta Héctor.
-Sí, hace un par de meses tuve a mi primera hija – respondió Nuria.
-Entiendo – dijo Medina.
Los tres hombres se sentaron en la sala. Era incómodo para Israel tener que convivir con uno de los maestros que le hizo la vida imposible durante la carrera y ahora era el papá de su novio.
Nuria desde las escaleras le gritó a su hijo adolescente para que bajara a saludar.
-Déjalo – le dijo Israel – me pidió la computadora para buscar unas cosas.
-Sabes que no me gusta que navegues por internet.
Alex estaba buscando en internet conceptos como ¿Quién es Dios? ¿Qué es la iglesia? ¿Qué es ese libro rojo? ¿para qué es la religión?
Eran preguntas que se hacía, pero no entendía ni tampoco las respuestas. El adolescente bajó y por fin conoció al novio de su hermano. Eso también le generaba muchas dudas.
Emilio también hizo presencia en la sala. Había llegado con la pequeña Camila. La niña traía un vestido en color rosa con unos zapatitos blancos, transmitía ternura. El padre de Israel se presentó con Medina y con Flavio.
-Trajimos una botella de vino – Flavio le entregó una bolsa de regalo que contenía la botella.
-Gracias – respondió Emilio – brindemos.
Emilio auxilió a su hijo para que no se sintiera tan nervioso.

Mientras eso pasaba en casa, Clara estaba en manos de sus amigas de los cursos en la iglesia.
-Ay Clara, aquí en las cartas veo que pronto conocerás a alguien – le dijo la bruja leyendo las cartas.
- ¿Conocer a alguien?
-Sí. Y no te hagas. Ya es justo que tengas un nuevo amor.
-No necesito eso – respondió la mujer mayor.
Clara había cumplido recién los sesenta años. Estaba sola ya mucho tiempo. Después de que sus otras amigas la maquillaron y peinaron la dejaron ir.
-Recuérdalo bien – le gritó la bruja – hoy conocerás a alguien muy importante en tu vida.
La mujer se dirigió a casa bien guapa. Emilio le abrió la puerta y la mujer entró.
Medina se levantó de su sillón cuando Emilio presentó a su madre. El experimentado médico se sorprendió de la belleza que tenía enfrente. Una mujer madura, guapa, inteligente, independiente, una estrella fugaz.
-Buenas noches, señora – dijo Medina.
-Es un gusto – respondió Clara – a ti ya te conozco – se dirigió a Flavio.
La mujer entró a la cocina, para ayudar a Nuria con la cena.
Ya eran las nueve de la noche cuando pasaron a la mesa a sentarse. Medina no podía dejar de mirar a la mujer que tenía enfrente. Estaba sorprendido de lo bella que es y lo bien que se veía en ese momento. Clara se sentía incómoda inclusive intimidada con las miradas tenía Medina hacia ella.
Mucho antes de terminar, la cena comenzaría la pesadilla. Sonó el timbre.

Continuará…

Texto agregado el 10-12-2022, y leído por 70 visitantes. (0 votos)


Para escribir comentarios debes ingresar a la Comunidad: Login


[ Privacidad | Términos y Condiciones | Reglamento | Contacto | Equipo | Preguntas Frecuentes | Haz tu aporte! ]