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Vacaciones.
El verano aún no llega y sin embargo las playas están repletas de gente debido al calor intenso que estamos padeciendo.
No todos pueden disfrutar de unas hermosas vacaciones en alguna playa, lejana o cercana, pero a pesar de todo, el verano está prometiendo llegar para tostarnos la piel y disfrutar de los días que, aunque a veces demasiado calientes igual llenan de alegría al ser humano.
Unas amigas que no eran muy amantes de la playa decidieron viajar, ellas trabajaban juntas en un comercio que debido a la pandemia tuvo que cerrar sus puertas, pero con muy buen criterio, el dueño pagó un buen dinero a las mujeres al tener que despedirlas.
Ya no eran tan jóvenes y tenían cada una, dinero ahorrado ya que durante años todo lo que podían, lo llevaban al banco, por si sucediera algún percance, esos que suelen suceder cuando menos se espera.
Renata y Francisca se llamaban esas amigas que luego de planificar todo muy detalladamente, decidieron que era hora de disfrutar algo de la vida, sabiendo que ésta pasa demasiado rápido y que cuando se va, no vuelve.
El destino del viaje era todo un tema, Renata quería recorrer el país, el interior que por distintas razones aún no conocía, pero Francisca que sí conocía varias ciudades del interior pensaba que deberían salir del país, conocer algún lugar al que ninguna de las dos hubiera ido nunca.
Al fin se decidieron, viajarían a Chile, tenían mucho tiempo y deseaban gastar lo menos posible, Curicó fue su destino, que en ómnibus no sólo tardó demasiado tiempo, sino que llegaron tan cansadas que el primer día lo destinaron a descansar.
Pero estaban contentas, en el viaje conocieron gente nueva, Anibal era un empresario que debido quién sabe a qué motivo tenía cambiado el pasaje y le tocó como compañero a Francisca mientras que a Renata le tocó como compañero Lucas, un hombre que también viajaba solo y como las edades de estos hombres eran más o menos la misma que las de ellas, fue bastante fácil ponerse a conversar casi de inmediato.
A los cincuenta años, solteras y sin compromiso, las mujeres casi se alegraron del cambio de asiento de cada una de ellas.
La charla fue tan amena que decidieron, ya que viajaban al mismo lugar alojarse en el mismo hotel.
Ni Anibal ni Lucas tenían hotel reservado y eso contribuyó a que fuera fácil que estuvieran los cuatro en el mismo.
Las conversaciones variaban entre las empresas de Anibal y el trabajo de Lucas que resultó ser un destacado funcionario bancario en vacaciones.
El viaje estaba resultando ser mucho más entretenido para esas amigas ahora que tenían compañía.

Por la noche, el hotel ofrecía a sus clientes una cena bailable y a pesar de que ninguna de las dos solía bailar a menudo, no lo hacían nada mal igual que aquellos muchachos, como ellas solían decirles.
La amistad entre esas cuatro personas que pocos días antes ni se conocían, llegó a tal punto que cada pareja salía sola, con el consentimiento de ellas.
La semana había pasado tan rápido que ninguna de ellas quería volver. Lucas les propuso quedarse unos días más, hablaría con el gerente del hotel y no habría problema.
Luego de sacar cuentas las amigas pensaron que no sería demasiado quedarse unos días más, muchas veces ni siquiera tenían gastos ya que tanto Lucas como Anibal eran muy caballeros y pagaban ellos así que una semana más sería excelente.
Peo, todo llega a su fin y a la semana siguiente deberían irse.
Lucas les dijo que tenía que quedarse porque aún no recibía el dinero que el banco debía enviarle pero que le dejaran sus direcciones que en cuanto llegara a Montevideo, iría a verlas.
Anibal viajó con ellas, sus empresas iban muy bien y no tenía problemas financieros.
Ese día Lucas, al ir a despedir a los nuevos amigos, le entregó un paquete envuelto en papel de regalo a Renata y otro a Francisca, pero les dijo que, aunque era poca cosa, le agradaría que no los abrieran hasta que él estuviera en Montevideo y les marcó una fecha y un lugar para encontrase.
Anibal no se sentía del todo bien al ver que él no les había regalado nada, pero prometió que para el encuentro planeado les llevaría a cada una un presente muy bonito por los hermosos días que habían pasado juntos.
Todos rieron de buena gana y partieron.
Tanta era la gente que viajaba que los ómnibus comenzaron a pasar más rápido por las aduanas y por suerte no tuvieron que abrir las valijas y todo fue mucho más rápido.
Al fin volvieron las amigas cada una a su casa que era muy cerca una de otra.
Las dos sentían tantas ganas de abrir aquellos regalos que no pudieron esperar a que Lucas y Anibal volvieran a reunirse con ellas y sucedió lo que tenía que suceder, la ingenuidad de aquellas mujeres las había hecho pasar algo que, de haber sido detectado en la aduana, otra sería la historia.
Cada regalo consistía en unas piedritas transparentes que, al principio, ninguna de las dos sabía qué eran, pero no eran tan ignorantes como para no darse cuenta de que aquellas piedras eran diamantes y que lo que habían hecho, sin darse cuenta era nada menos que entrarlas de contrabando, ahora se daban cuenta de lo ingenuas que habían sido y lo peor fue darse cuenta de que las habían usado, sus supuestos amigos.
Faltaba unos días aún para la reunión de los cuatro, tenían que preparar muy bien el plan que ejecutarían, ellas no eran contrabandistas ni personas indeseables, pero sus amigos habían resultado ser unos simples ladrones y eso no lo podían aceptar.
Prepararon muy bien las cajas como si no las hubieran abierto y a la hora indicada por Lucas, los cuatro amigos estaban tomando unos refrescos en un bar céntrico.
Francisca les dijo que como Lucas se los había pedido, habían traído los regalos y que deseaban verlos.
En cambio, Lucas con otros regalos, supuestamente más costosos quiso hacer un cambio a lo que las mujeres aceptaron, aunque cuando Lucas tuvo las cajas en su poder algo sucedió, cuatro hombres que se identificaron como policías de particular, los esposaron y se quedaron con las cajas que, gracias a las dos amigas estaban vacías.
Las mujeres no tenían intención de quedarse con aquellas cajas ni con los diamantes entonces decidieron hacerles pagar a los ladrones entregándolas a la policía luego de contarles lo que habían hecho sin saber. De ahí en más todo quedó en manos de la policía, Lucas y Anibal entre rejas y ellas disfrutando de la cuantiosa recompensa que cobraron de parte de la aseguradora de aquellos diamantes al ser devueltos y colorín colorado este cuento se ha terminado.

Omenia
6/12/2022



Texto agregado el 07-12-2022, y leído por 136 visitantes. (8 votos)


Lectores Opinan
13-12-2022 Al igual que Victoria, estuve atenta a cuando vendría el traspié desde el inicio, soy desconfiada, pero me encantó el relato, muy dinámico y entretenido. 5* jdp
13-12-2022 Faltó poco para ser un guión. Muy buena historia que es un reflejo de la maldad de los contrabandistas. La suerte acompañó a estas damas al pasar por aduanas, ya que otras personas engañadas están presas. La cordura y la honradez fueron sus armas para denunciar a esos embaucadores. Un abrazo. Azariel
09-12-2022 Era demasiado hermoso para ser real. Desde un comienzo lo pensé. Me encantó ,es una historia que te atrapa de principio a fin.. Buen cierre Ome querida***** Besitos Victoria 6236013
08-12-2022 —Dicen que la curiosidad mató al gato. Pero en este cuento gracias a la curiosidad y sin matar ningún minino, ambas uruguayas lograron atrapar a dos contrabandistas internacionales. ¡Bravo por ellas! —Abrazos. vicenterreramarquez
08-12-2022 Como siempre, disfruté al leerte. Tal como a Mujerdiosa le sucedió, creí que eran drogas. Me llevaste a lugares y tiempos que no te imaginas con tu relato, querida. Gracias. gsap
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