Los Bostelium son hermafroditas, ya lo había afirmado Hector Timmer en su disertación en la Universidad de la Republica de la Boca. Allí también especificaba, aunque fue un dato muy curioso, que los Bostelium tienen sexo y necesitan las relaciones sexuales para reproducirse.
Por más que ellos pueden elegir el género que más le plazca, no necesariamente tienen esos órganos genitales. Es más, a través del día, en los Bostelium van apareciendo y desapareciendo esos genitales. O sea por más que ellos quieran ser varones, esos órganos genitales aparecen en un lapso de tiempo finito. Ellos deben tener sexo en ese momento, con su par, que casualmente tengan los órganos genitales femeninos y así poder procrear. Imagínense que quieran tener sexo y en ese momento sus genitales desaparecen, un horror.
El sexo en los Bostelium también se desarrolla por placer, más allá de la función de procrear. Para ellos es necesaria previamente una atracción mental, el gustar de otro Bostelium y que sea recíproco. Ahí empieza un andamiaje hormonal y natural que los transforma. Su joroba empieza a iluminarse de diferentes colores, pasa del rojo al azul y luego al amarillo. Con ese color el Bostelium demuestra que está listo para la relación sexual. Hay también, una danza que a veces se asemeja a una lucha del barro. Sus pies se funden y forman un solo círculo. No hay brazos, ni pies y la joroba los envuelve quedando lo más parecido a una pelota de futbol. Ahí y solo ahí, tienen un sexo fugaz pero con un gasto energético mayor que si fuera una orgia de varios días. O por lo menos así me describieron las orgias de varios días.
Los Bostelium además y como ya explico Hector Timmer, tienen la posibilidad de cambiar de sexo y sus órganos genitales aparecen y desaparecen. Lo que no estaba claro o por lo menos no lo había especificado, es que sus órganos genitales duran aproximadamente 2 horas para luego desaparecer o cambiar. O sea que, en esa relación fugaz, pueden empezar teniendo órganos genitales masculinos y terminan teniendo genitales femeninos o viceversa o simplemente quedarse sin genitales. Un quilombo diría mi abuela.
Así y todo, los Bostelium necesitan del sexo para vivir y si haríamos una encuesta, estaría en segundo lugar en su lista de diversión. Abajo del futbol obviamente y en eso, somos muy parecidos, aunque lo disimulemos. Aclaración de Hector Timmer mientras se iba de su disertación.