Poema
El último adiós del poeta
De adioses esta bordeado el camino del poeta.
Los hay románticos, dolorosos y sublimes
y los hay tristes, cansados y esperados.
También hay muchos que terminaron en olvido,
en viajes sin retorno, y en circunstancias del camino.
Pero el último, fue inédito, distinto y especial.
En él último romance por caminos recorridos,
no hubo tacto de manos ansiosas, no hubo piel;
no hubo falanges inquietas, no hubo sudor;
no hubo enredo de piernas entre sabanas,
y no hubo conjunción de sexos excitados.
Pero de que hubo pasión, de toda forma la hubo.
Y aunque no se crea, en alguna parte ignorada,
en algún cerebro virtual escondido, hay archivos guardados.
Hay archivos calientes y sudor de piel complacida,
hay susurros románticos y gemidos de placer.
Hay vida, hay pudor y hay misterio de orgasmos en distancia.
Por eso este romance, fue distinto… fue sensual… fue virtual
y sin embargo, créase o no, fue realidad.
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Amor cuando llegaste quitaste muchos años de mi vida,
pero cuando te fuiste me dejaste con, además del mío,
más del doble del tiempo que me diste.
Adiós, amor inédito, distinto y especial.
¡Adiós, adiós amor!
¡Adiós virtualidad!
Incluido en libro: El Cierzo indómito
©Derechos Reservados.
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