Ya no voy por la Alameda.
Ni por sitios de verbenas.
Ya no robo besos, ni los cambio por 6000 pesos.
Ahora estoy más en casa.
Vivo el presente y recuerdo a los ausentes.
E intento vivir el día a día con la mayor de las alegrías.
Texto agregado el 04-11-2022, y leído por 69
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