Han sido días raros, pasa ya de media noche y la cara se me está distorsionando, se derriten mis facciones como si fueran de cera, es decir, estas son mis cejas pero pareciera que es la primera vez que las veo, me miro al espejo y te juro no me reconozco, soy yo... pero no. De pronto aún mirando mi reflejo se me vienen visiones y ya no soy de este cuerpo, soy a veces un gigante sentado que ha esperado por años al pie de las montañas, soy el niño al que le cuentas un cuento de fantasía y sueña, soy tambien el amarillo que nadie nota en unos ojos cafés, algunas veces soy el agua fresca que se toma después de tener sed o la brisa que seca la piel después de sudar, soy la carne de la oveja que aniquila un lobo y el metro cuadrado de tierra fértil donde crece un arbol en medio de un campo árido, siento que he sido tantas cosas entre esta vida y otras, y ahora tiene sentido que me sienta tan ajena y lejos de mi si es que yo ya he vivido en ti.