Hoy surge, como siempre, la fuerza de aquel ser.
Inolvidable escolta: su sombra protectora
me trae su presencia, como antes, ahora,
para soñar con verla conmigo envejecer.

Mujer, madre y amiga: por siempre mi tutora;
para ella una poesía yo voy a componer
con murmullos del campo, de la tierra y su flora
y si puede escucharla lo quisiera saber.

Que salgan de mis manos, cual caja de Pandora
los más ricos regalos para esa gladiadora
que fue entre las mujeres, abnegada mujer,

amiga, confidente, virtuosa y soñadora.
Yo he tenido la suerte de verla encanecer
y mi madre, por siempre, será mi gran señora.


Desafío surgido en "La hermandad del soneto".