De nada le valieron todos sus argumentos y recomendaciones. Sé creía diestro en el manejo de la pluma; con ese cuento se burlaba e intimidaba a otros. un día se encontró con un hombre que era diestro en el manejo de la espada; sin saber la clase de espadachín que era lo humilló a más no poder. A pesar de la humillación no le hizo caso. Dejó que le contara todas sus conquistas y todas las destrezas en todo lo que hacía. Después de contarle muchas mentiras el hombre de letras le dijo:
-Yo no creo que exista otro hombre en el mundo de las letras como yo.
El espadachín le contestó:
-Está bien que sepas mucho, pero no te andes auto elogiando tanto.
El hombre de letras la respondió:
-¿Por qué no?
El hombre de inmediato le respondió:
-Por qué te puede salir muy caro.
El letrado, le contestó:
-Al menos a ti si podría derrotarte en lo que sea.
El espadachín se rió y en tono irónico le dijo:
-Qué vas a poder; si pudieras ya me habrías matado sin necesidad de tu pluma y tus balas.
El hombre de letras sé sorprendió al escuchar la respuesta del espadachín; después que le pasó el asombro le dijo:
-No me hagas dar risa que no estoy para bromas.
El espadachín le respondió:
-Nunca hago bromas; acaso no te has dado cuenta que yo soy la picazón en tu ano desde hace años.

AUTOR: PEDRO MORENO MORA
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