Reto: “La profesora de natación que decidió no salir más del agua”


La sirena


La profesora de natación se encontraba sentada, observando el comportamiento de los niños jugando en el agua. Se sentía vencida: ya no servían las palabras. Había utilizado todos sus recursos. No le quedaba más que acceder a las peticiones de su querido hijo pero le dolía el pecho de solo pensarlo.

Una sirenita abrazada del silbato que llevaba al cuello, le recordó que una vez ella soñaba con ser parte de la vida del mar: refugiarse en su profundidad, su grandeza. Y salir a la superficie solo para sentarse en una roca y, con su cola escamada brillando al sol, saludar a marineros y piratas.


Una gota desprendida del chapuzón de algún infante, salpicó su mejilla. Sus ojos se agrandaron, sus labios sonrieron y se levantó con la firme convicción de haber encontrado una forma de ejemplificar el dilema y hacer que su hijo comprendiera su postura al respecto.

Le gritó a todos que salieran del agua. Hizo sonar el silbato a modo de urgencia y agitando los brazos en son de apuro, logró vaciar la piscina en un dos por tres.

Ante el asombro de todos, se sacó la ropa y se metió a la piscina anunciando:
—¡Aquí me quedo porque soy una sirena!