Quien camina hablando solo espera algún día hablarle a Dios
A veces me siento pesado… pensativo y viejo
A veces pienso que quienes vamos paso a paso arrojando palabras al silencio
vamos hilando sin la eterna espera un relato de vida esquina tras esquina
Miro a mi alrededor y siento que he pasado 50 años caminando con un ojo tapado
sordo a gestos ajenos y mudo al eco del bastón,
tropezando con las mismas piedras —como dice la canción—
a veces camino inmerso en el universo del padecimiento y la voluntad
a veces las emprendo contra mis molinos
con los bolsillos llenos de piedras y salgo disparado como catapulta
cuando se acaba la razón comienza la fe —canto el poeta—
y me atrevo a afirmar que el apego necesita de la ciega entrega,
porque cuando se asumen las ausencias como presencias
uno debe estar dispuesto a recibir una cachetada
pienso que mi paraguas metafísico no me ha servido para nada
llueve tanto que camino agobiado sintiendo que el mundo esta inclinado
y que el agua viene por mi.
Y sigo topándome con algunas sirenas
que transforman la vida en un mito
ajeno a toda realidad circundante
he pasado años esperando que trajeran la primavera
a la puerta de mis manos
sin darme cuenta de que la esperanza
como la nostalgia es un jardín tipo paraíso perdido
Por eso no se debe volver al lugar donde uno fue feliz
Porque precisamente —como lo canta otra canción— solo se vive una vez
y que la vida no es una metáfora como para encontrarle algún sentido.
Solo. ¡Si!… solo
hay que vivirla.