Maria pierde la memoria, a veces, desde que recuerda tener memoria. Sus reflexiones sobre las posibles razones son:

1. Karma
2. Caída
3. Ciega obediencia

1. Karma por chamullenta: al mentirle a Alberto de que debido a un accidente, había perdido la memoria y por eso no le había escrito en 3 semanas.

2. Golpe en la cabeza debido a una caída en bicicleta una noche de invierno escandinavo, antes de que su mejor amiga la abandonara sentada en la acera, por el amigo famoso que venía a darles un tour en su limusina. Un ex de la amiga que también justo iba pasando, ayudó a María a finalmente llegar a casa.

3. Ciega obediencia, porque desde pequeña, familiares y conocidos le dijeron que olvidara la cara de todo compañero comunista que viera en su casa y cualquier nombre o lugar en relación, que alcanzara a llegar a sus oídos.


Qué dice Maria al respecto:

1. Pagaré mi karma pero la relación con Alberto ya estaba muerta. Habíamos vivido juntos un tiempo en Suecia y él había decidido regresar a Cuba. Viajé a verlo a los 3 meses como había prometido. Al segundo día, fuimos a visitar a los colegas y me tomó solo 3 minutos concluir que él había estado viviendo en la casa de otra mujer durante todo ese tiempo. Así que me aproveché de su sentimiento de culpa durante un mes; prometí regresar pero preferí adjudicarme una amnesia temporal. Finalmente, se la contagié a Alberto y él también se olvidó de mi existencia.

2. Me caí duro aquí también. Mi amistad con mi amiga se había ido con la limusina. Me dolía la cabeza y anduve atontada unos cuantos días. Entretanto, yo me hice un ex de su ex pero debido a la caída (me gustaría imaginar), no me tomó mucho tiempo olvidarlo también.

3. Me olvidé de los rostros de los compañeros, de los nombres, de las fechas; olvidé mi cartera con todo dentro en más de una ocasión, olvidé mis llaves mil veces, olvidé códigos y apodos, olvidé acuerdos y ocasiones importantes hasta casi olvidar porqué olvidaba tanto. Pero, en algún momento, recordé las razones que me llevaron a olvidar y me prometí que desde ese momento, le pondría letra a todo lo que no pueda, no deba, ni quiera recordar.