El niño siempre soñó con navegar; el sueño no tardó en realizar. Al comienzo el viaje era tranquilo, desde cubierta podía mirar el paisaje que parecía de fantasía. Al pasó de las horas se desató una tormenta terrible. Al niño le habían dicho que ese barco ni Dios lo podía destruir, pero no fueron nada más que palabras dichas a la ligera, pues el barco estaba casi destruido en su totalidad. A pesar de eso los músicos no dejaban de tocar. Al ver que el barco se hundía no le quedó más remdio al niño que despertarse.
AUTOR: PEDRO MORENO MORA
@
Texto agregado el 09-10-2022, y leído por 248
visitantes. (4 votos)