Desde las seis de la tarde empezó a crecer, a las ocho ya estaba grande. Un hombre quiso detener su crecimiento, pero nada pudo hacer. Estaba condenada a crecer, crecer y crecer; la luna la iluminaba mientras crecía. Cuando estaba bien grande, empezó a decrecer, decreció tanto que al llegar el día desapareció. Los que la vieron crecer y decrecer se preguntaron:
-Cómo se llamará.
Le pusieron infinidad de nombres que ella habría rechazado de inmediato. Ella era feliz llamándose noche.
AUTOR: PEDRO MORENO MORA
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Texto agregado el 04-10-2022, y leído por 132
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Lectores Opinan
05-10-2022
Cómo me gustó, querido Pedro! Éste breve cuento es hermoso. MujerDiosa
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