A la hora de escribir se comía todos los signos de puntuación. Al leer hacía todas las pausas como buen lector. Todos los días se burlaba de su profesor, muchas veces al diablo lo mandó; pero el profesor era muy terco, no demoraba en regresar. Para quiatrselo de encima a una fiesta lo invitó. El profesor aceptó la invitación, apenas sonó la música una chica lo sacó a bailar, él no sabía llevar el ritmo de la canción, de nada le valió saber todas las reglas ortográficas y usar bien los signos de puntuación. Todos los invitados a la fiesta se burlaron del profesor que, además se emborrachó, le cayeron mal los tragos y murió de indigestión.

AUTOR: PEDRO MORENO MORA
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