TU COMUNIDAD DE CUENTOS EN INTERNET
Noticias Foro Mesa Azul

Inicio / Cuenteros Locales / Perucho / Redobles de un troncho

[C:613715]

Esta rocambolesca experiencia con mi primer troncho tiene que ver con mi primer viaje al extranjero, que realicé en uno de los barcos de la compañía naviera de vapores peruana, el año 1972. Recuerdo que, el día que embarque en el puerto del Callao, a bordo, me encontraba muy nervioso, por ser este mi primer viaje fuera del país, más aún, era fuera del continente americano; me parecía estar viajando a otro mundo, y así era, viajaba al viejo mundo, Europa.

Durante mis primeros días en el barco, me fui haciendo de amigos, sobre todo con los jóvenes estudiantes como yo, (de 18 a 24 años). Con ellos, entramos rápidamente en confianza, lo suficiente como para que uno de ellos, sacara de uno de sus bolsillos una bolsa o paquete, que puso sobre la mesita del salón donde nos encontrábamos, diciendo – Miren, aquí hay para pasarla “chévere” todo el viaje – luego voltio hacia mí, para preguntarme – ¿tu, también fumas? – me pregunto, solo a mí, porque con los otros, parecía que se conocían. (todos ellos vivián en barrios residenciales, mientras yo, en un barrio popular, por no decir misio). La pregunta me hizo titubear, pero, para no desentonar y dármela de experimentado, conteste – sí – aunque, solo en el colegio había fumado una a dos veces un cigarrillo negro, marca Inca o Nacional, para probar. Los otros muchachos dijeron en coro – Si es de la buena, con mucho gusto – a lo que él, respondió – Es Barba Roja, colombiana, de Santa Barbara – ¡A caray! – exclame yo, y por mi ignorancia, casi hago el ridículo al preguntar – ¿Son con filtro? – Todos me miraron sonriendo, pensaban que estaba bromeando. Pero uno de ellos, me alivio diciendo – Yo, también los fumo con filtro, por eso, siempre guardo algunos de reserva. Aquí tienes uno – y me lo lanzo el filtro. Que recibí sin entender nada, pero cuando vaciaron la misteriosa bolsa sobre la mesa. Me sorprendí, porque eran solo hojas de yerba, que, para mí, eran hojas de coca. Por lo que pensé – Estos son chaccheros, como mis paisanos de los andes – pero no, porque alegres gritaron – ¡Que buena marihuana! – en seguida, el que invitaba, también puso sobre la mesita, unos paquetitos de papeles de cigarrillo, para que cada uno pueda armar su cigarrillo o troncho, que era, como ellos lo llamaban. Todos empezaron a armar con esas hojas sus cigarrillos o tronchos. Yo, asustado, trate de controlar mis nervios para ocultar mi inexperiencia. Fingí ser un ducho en liar cigarrillos a mano y empecé a armar el mío, mirando disimuladamente de reojo a los demás, para ver como lo hacían. La verdad que, para ser la primera vez que armaba un cigarrillo de esos, no me salió tan mal, pero, el fumarlo fue otro cantar. Yo nunca en mi vida había visto de cerca, ni de lejos a la famosa marihuana. Solo había escuchado hablar de ella por los noticieros. Los amigos de mi barrio, tanto como yo, éramos unos “zanahorias”, novatos.

Recuerdo que, cuando puse mi primer troncho entre los labios, al querer encenderlo, casi me chamusco la nariz y quemo todo el cigarrillo. Peor fue, al aspirar mi primera bocanada de humo, sin saber qué hacer con ella, la mantuve en la boca, hasta que, al sentir que me ahogaba, la expulsé rápidamente sin llamar la atención. Los otros fumones, muy sueltos de huesos, fumaban sus tronchos muy plácidamente. Mientras Yo, solo disimulaba fumar, aunque de vez en cuando, por olvido, me tragaba un poco de ese humo. Así, acabe con mi troncho. Mientras los otros jóvenes, haciendo gestos raros con las manos al espirar sus tronchos, se reírse de cualquier cosa. Yo también empecé a reí, pero para aparentar estar como ellos decían, en trance. Esa primera experiencia me costó pasar la noche entera, recluido en la sala de baño, con mareos, vómitos y todo lo demás. Fue mi noche de bautizo fumatérico.

Al día siguiente, quise quedarme en mi cabina, escondido, pero, para no demostrar mi cobardía, salí a enfrentarme a la ronda de humo. Me fue igual, aunque con menos dolor de cabeza y sin vómitos, el tercer día fue casi normal, hasta que, por fin, se me fueron los males de la marihuana, como también el miedo de fumarla, más bien, aprendí a pasarla como ellos decían, “chévere” durante toda la travesía del océano Pacifico, pasando por el canal de Panamá para atravesar el Atlántico, durante 23 días.

El final del viaje fue en el puerto de Le Havre, en Francia, donde desembarque con la promesa de nunca más volver a fumar esa yerba. Promesa que cumplí, a medias, porque en Paris, cuando empecé a trabajar para pagarme los estudios, (por no ser yo, un hijo de papa) conocí a Michel, un compañero de trabajo, francés, que fumaba más que chino en quiebra, pero de los cigarrillos negros, Gauloise o Gitane. Este amigo, tenía la costumbre de que, cada vez que encendía un cigarrillo, me ofrecía también uno, mismo sabiendo que yo no le iba a aceptar. Michel, no sé si lo hacía por educación o por costumbre. Hasta que, un buen día del crudo invierno parisino, al salir con Michel juntos del trabajo, en el camino hacia la estación del metro Place des Fête, Michel, volvió a ofrecerme un cigarrillo Gitane, que por estar haciendo un frio de pingüino, le acepte, para calentarme el cuerpo por dentro. Al día siguiente, de igual manera le acepté otro, hasta que me vi obligado de comprar un paquete igual, para devolver el gesto a Michel. Con el tiempo, sin darme cuenta, me fumaba casi un paquete diario de esos cigarrillos negros. Vicio que me duro todo el tiempo que trabajé con Michel (dos años), porque después, seguí fumando, pero solo, un cigarrillo diario, a veces, uno al mes, después, a los meses. Ahora ya llevo varios años sin fumar. Aunque, por recordar a los amigos del viaje en barco, podría aceptarles uno, pero solo uno de ese cuestionado troncho. (sin moraleja)

Perucho

Texto agregado el 16-09-2022, y leído por 58 visitantes. (1 voto)


Lectores Opinan
16-09-2022 Maravilloso. Me encantó. Ese aire de nostalgia que respira junto al humo del cigarro (aunque no sea fumadora yo), me fascina. Trilobite
 
Para escribir comentarios debes ingresar a la Comunidad: Login


[ Privacidad | Términos y Condiciones | Reglamento | Contacto | Equipo | Preguntas Frecuentes | Haz tu aporte! ]