Después de conocerla quedó sorprendido de sus modales, su lenguaje y su belleza. Muchos soñaban con tocarla, besarla y poseerla. Ella no era de esas mujeres que se dejan seducir fácilmente por un hombre lleno de dinero los bolsillos y vacío de alma y cerebro. Ella solo se iba a la cama con aquel hombre que le produjera orgasmos con solo hablarle de amor y erotismo fino. Después de venirse se quitaba la ropa, luego las bragas y se las regalaba a ese caballero que sin tocarla la hizo venir a punta de verbo.
Ese hombre no ahorró calificativos para elogiar a esa hermosa dama. Estaba tan emocionado que ni siquiera le preguntó su nombre ni profesión, pues quería hacer con ella todo lo que había imaginado en su mente. Se había propuesto introducirle su herramienta a cómo diera lugar, una vez introducida se la mantendría dentro un buen tiempo hasta que ella dijera: "sacamela". Su imaginación iba a mil y más todavía cuando ella le dijo:
-¿Cuándo me la vas a sacar?
Él no salía de su hombro al escuchar la propuesta que le estaba haciendo. Apenas se calmó le dijo:
-¿Cómo te la voy a sacar si aún no te la he metido?
Ella lo miró con rabia, luego le dijo:
-Yo te estoy pidiendo que me saques la muela pedazo de idiota.

AUTOR: PEDRO MORENO MORA
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