Somos una familia parte 21
Esa semana estuvo en casa, estaba serio, ido, perdido. La imagen de Alan muriendo en sus brazos era constante. Nuria sabía perfectamente lo que era ver a una persona morir, recordaba lo que había pasado con la amante de su padre, Fabiola, cuando cayó por las escaleras y se rompió el cuello.
Le dijo que necesitaría terapia para poder continuar. Israel se reusó, pensaba que podía solo.
Mientras tanto, Israel tuvo la suerte de ser colocado en el Hospital General de Oriente, el mismo en el que estaba Oscar, ahí conocería su destino.
Puso un pie en el hospital, era una nueva oportunidad.
Oscar estaba en geriatría. Le gustaba trabajar con los abuelitos, les tenía mucha paciencia. Mientras que Israel había elegido cirugía, quería ese camino. Aunque tendría que pasar por todas las áreas del hospital.
Oscar estaba en la guardia “A” mientras que Israel estaba en la guardia “C” su encargado sería él.
Lo vio entrar al salón. Un hombre alto, rubio natural, ojos claros, labios pequeños y una sexy barba partida, parecía el novio de la barbie. Tenía una sonrisa sexy, un porte interesante y un semblante serio, pero con un carácter difícil. Un médico que no aceptaba los errores.
-Buenos días – dijo con una voz discreta.
-Buenos días – respondieron todos.
-Lamento lo que pasó con su compañero. Me presento, mi nombre es Flavio Urrutia Medina, soy médico cirujano y ustedes estarán a mi cargo. Tendremos reunión todos los días a las ocho de la mañana para analizar los casos que yo mismo les asignaré. No me gusta la impuntualidad, no quiero verlos comer en ninguna área. Tendrán seis guardias al mes. Les dejaré tarea. Cuando pasemos a ver a los pacientes haré preguntas. Ustedes mismos llevarán a los pacientes a rayos x o laboratorio, entrarán cirugía conmigo ¿dudas?
-No – respondieron todos.
-Bien. Quiero el uniforme completo, perfectamente blanco, caballeros, camisa blanca y la corbata negra, azul marino o roja. Identificación, cubrebocas y guantes. Cabello corto, uñas cortas, no aretes. Quiero que ustedes traigan todo el material necesario, ya saben a lo que me refiero, estetoscopio y demás. Para cirugía quiero que traigan pijama clínica de color azul marino o negra y zapato clínico negro. Si ya no hay dudas los llevo al recorrido.
Oscar vio desde el otro edificio que al frente iba Flavio mientras que lo seguía la guardia “C”. Los residentes entraron al área de cirugía general. Conocieron las instalaciones y al personal. El cuarto asignado para los residentes y puedan descansar durante la guardia.
Mientras que Israel trataba de concentrarse, la que tendría una noticia inesperada era Nuria.
Para Israel había sido una semana muy pesada pero productiva. Estando en su cuarto, Nuria estaba recostada, raro en ella.
- ¿Te pasa algo? – le pregunta Israel.
-No me siento bien. Me duele mi barriga.
El joven entra a su cuarto para recoger el estetoscopio.
-Déjame ver. Descúbrete el vientre.
Se colocó el estetoscopio y la campana en el vientre de su madre. Después de auscultar lo escuchó. Así es, era un latido. Israel cerró la puerta y se concentró. De nuevo lo escuchó. Era no uno, eran muchos latidos. Se espantó.
- ¿Qué me pasa? – preguntó ella.
-Creo que debes hacerte unos estudios, una química sanguínea.
-Está bien – dijo ella levantando los hombros.
El lunes por la mañana después de la reunión con Flavio, Oscar e Israel se vieron en el pasillo.
- ¿Qué te pasa? – le pregunta Oscar.
-Tengo que decirte algo.
- ¿Que?
-Creo que mi mamá está embarazada.
- ¿Qué? ¿Cómo sabes? – le pregunta su amigo sorprendido.
-Ayer la revisé y escuché latidos.
-Pero ¿tu mamá ya lo había intentado antes?
-Sí, y lo que sé es que ella no podía tener hijos. Por eso nos adoptaron. Le dije que se hiciera unos estudios.
-Le va a caer como bomba.
-Lo sé. Lo que me preocupa es su edad.
- ¿Cuántos años tiene?
-Cuarenta y cinco.
-Bueno, tendrás una hermanita o hermanito – bromeó Oscar.
Continuará….
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