Antes escribía cosas
pero, no tantas.
Muchas eran parte de las charlas con amigos.
Supongo que nada perdura y no sé los demas pero, yo casi no hablo de cuestiones que hacen al mundo interior, al sentir y a todas esas cuestiones que conforman la matriz.
Quizás, entre tanta deconstrucción y palabras nuevas me perdí algo.
Quizás,
ahora quién hable de su mundo íntimo es visto como ese egocéntrico que solo le importa su vida y escuchar la intimidad de los demás.
La mayoría comprobamos que , aunque compartas
tus mugres,
todo seguirá igual
Ni los psicólogos siguen buscando el origen como forma de sanar.
El conductismo ganó esa batalla y
¿a quién le importa si sanó o no?
Importa el hábito eficaz.
Tarde o temprano, el tejido que lo une todo llega a la ultima estación: nosotros en ese café
dónde revolviamos nuestros sueños, lo que faltaba y lo que pensábamos sobre el mundo, incluido el arte,
sea volvió silencio.
Es que la amistad
también cambió su religión.
Conversaciones coaching
y a nadie le importa
un carajo saber que mirás al mirar. La emociones son esa caprichosa cambiando
según el clima
Cosa de todos
Y de nadie a la vez.
¿No aprendimos ya
que lo que importante es lo concreto?
así que
vayamos a lo real,
a ese proyecto,
a ese negocio, a eso que ES.
No estamos ya para perder el tiempo.
Y eso lo sabes por las noches en que
no deja de molestarte
un susurro que te dice que ya la vida pasa
pasará aún más rápido.
Vos sabes que aunque vayamos a lo concreto y no se hable de nada más,
lo que apura es
justamente
lo invisible,
lo que no
nombramos y,
sin embargo es lo inevitable. Desde algún lugar lejano escuchas su galopar
¿Hablar de la existencia?
No. Hay que apurarse.
Aún no estan nuestras firmas grabadas sobre algo inmortal. |