Quiero escribir nuestra historia, a través de esta paciente página. Cierro los ojos y te imagino, junto al mar, observando esa puesta de sol, aquella que fue testigo de tus palabras que describían como afloraban tus sentimientos, de esa hoguera que encendías y avivabas en mi alma, de ese bosque imaginario por el que ambos caminamos de la mano cada noche.
Quiero que nuestra historia, de egoísmo, porque no nos importa nadie más que nosotros, se la más hermosa jamás escrita, la más eterna. Sí, tú y yo somos capaces de negar la felicidad al mundo con tal de que seamos felices nosotros. No nos interesa que el sol siga saliendo ni que la luna refleje sus fotones en su paciente satelitelismo
Siento lo que ya somos, aún sin serlo siquiera, me conociste antes de que naciera y antes de que naciera tú ya estabas predestinada en mi vida y yo en la tuya.
La ansiedad que sentimos pronto se tornará en pasión y en ese punto mi vida entrara en un coma profundo…
Aparecerán formas nuevas…. tu cuerpo desnudo, cubierto solo de las olas del mar, granos brillantes de arena, en los pequeños pliegues de tu cuello granos diminutos de sal y restos de mis caricias . En tus ojos restos de mis miradas y de mi reflejo… restos de mi alma. Ahí tendida de espaldas, de cara al sol, ese sol que cada vez que se baña en el mar se vuelve nuestro y le da paso a la luna que te pertenece. Te pertenece porque te la regalo, te la doy como una prueba rotunda de esto que crece en mi; quiero saber como te saben las cosas, el sabor del vino rozando tu paladar y dejando un camino caliente, el color del viento y el dolor de mi alma al no tenerte cerca, al saber que no eres mía.
Escribo esta historia, por primera vez, sin lágrimas, despojándome de la humana forma y dejando que sea mi esencia la que, aquí sentada, proyecte en forma de fonemas lo que eructa como el mas furibundo de los volcanes esta fuerza que crece. Somos dos desconocidos que se necesitan, como necesita el valle verde cada invierno la lluvia….
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