Nadie le creyó cuando dijo que esa tarde tenía tres citas con tres hombres jóvenes. Muchos pensaron que a sus 70 años era normal que una mujer pierda el juicio. Muchos se burlaron e hicieron bromas pesadas, pero siguió insistiendo que era cierto. Uno de tantos aprovechados de su entorno le dijo:
-Si quieres apostemos 5 millones de pesos a qué no es cierto.
Ella sin temblarle la voz le respondió:
-No te da miedo perder esa platica, sobre todo vos siendo un pobretón.
El hombre se echó a reír y luego le dijo:
-no me da miedo, pues conmigo ya perdiste.
Para que haya mayor transparencia en el negocio entregaron el dinero de la apuesta al párroco de la iglesia de las Mercedes, patrona de los reclusos.
Susana le dijo ven conmigo, te voy a demostrar que es cierto. Sacó su teléfono móvil y llamó al primero de los hombres con el cual se encontraría esa tarde. Lo buscó entre sus contactos, le marcó y después que este contestara le dijo:
-Doctor, ya voy para su consultorio.
El doctor de inmediato le respondió:
-No tardes, te espero con ansiedad, pues quiero ver el resultado de los análisis que te mandé.
El Doctor Aponte era el reumatólogo que la venía tratando desde hacía cinco años. Javier, se imaginó de todo, pensó que el médico era amante de Susana y se intranquilizó porque podía perder la apuesta. Llegaron al consultorio en taxi. El médico la atendió de inmediato; Susana entró con Javier. Ella sacó de su bolso los análisis y se los pasó al médico, quien los analizó con calma, luego le dijo:
-Veo que has mejorado, con los medicamentos que te voy a recetar podrás volver a bailar como una quinceañera. Javier quedó perplejo. El médico era un hombre de mediana edad, muy apuesto además.
Salieron del consultorio y tomaron otro taxi hacía la fiscalía general de la nación. Antes de llegar llamó al fiscal encargado de su caso y le recordó la cita que tenía con él. Del otro lado de la línea el Fiscal Andrade le dijo que ya tenía todos los documentos listos y que muy pronto el hombre que la había estafado estaría preso. Javier con gran desilusión dijo:
-No me vas a decir ahora que eres amante del Fiscal.
Ella con tono irónico le contestó:
-El me ama desde que éramos niños.
Al llegar a la fiscalía subieron por el ascensor al piso 7. El fiscal era un hombre de unos 35 años. Se bajaron del ascensor y tocaron a la puerta, de inmediato les abrió y para sorpresa de Javier, primero abrazó fuerte a Susana, luego la besó en la boca. Después de besarla la invitó a sentarse en un sillón de color marrón. Luego le explicó su caso al detalle y al fin se despidieron de beso en los labios. Javier no lo podía creer, pero era cierto. Al salir de la fiscalía tomaron otro taxi y se fueron al norte de la ciudad, más concretamente donde su contador. Llegaron en cuarenta minutos a su oficina; el contador era un hombre de 30 años, un hombre jovial. Sacó una carpeta y le explicó todo lo relacionado con el rendimiento de las acciones y negocios de Susana. Antes de despedirse la abrazó fuerte y la besó en la boca. Javier no daba crédito a lo que veía, pero era cierto.
Salieron de ahí y tomaron otro taxi hacia donde el párroco para que este le entregara el dinero a Susana pues había demostrado que era cierto lo de la cita con los tres hombres. A javier le quedaba una sola duda: ¿por qué no besó el médico a Susana?. De inmediato le dijo a Susana:
-Tú dijiste tres hombres, pero el médico no te besó.
-Susana de inmediato le contestó:
-Por qué habría de besarme delante de extraños. Esta noche irá a mi casa a dormir conmigo; si quieres puedes venir y nos ves hacer el amor.
Javier quedó frío ante esa respuesta. Al llegar donde el párroco tuvieron que esperar unos minutos pues estaba dándole los santos óleos a una mujer desahuciada que deliraba por encontrarse con el creador. Después de media hora llegó el padre sin dinero. Susana le dijo al curita:
-Gané la apuesta, así que vengo por mi plata.
El padrecito le respondió:
-Esta noche te la llevo a tu casa hija mía.
Esa noche desapareció el padrecito, nunca más se volvió a saber de él. Las autoridades, después de una minuciosa investigación, dijeron que era un cura falso. Lo peor de la historia es que Susana con el médico, el fiscal y el contador habían inventado esa comedia.
AUTOR: PEDRO MORENO MORA
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