Somos una familia parte 18
Por la mañana, Israel paseaba por la playa junto con su abuela. Emilio continuaba platicando con Isabela y Alex estaba dentro de la alberca. Se animó a bajar portando un pants en color negro.
-Mamá, ven aquí al agua conmigo – le gritaba su hijo menor a Nuria.
-En un rato, hijo.
-Buenos días, Nuria. Te esperamos a desayunar, pero creo que estabas dormida – Isabela le dijo en la mesa.
-Es que estoy muy cansada, fue un ciclo muy difícil en la escuela. Tener un grupo de tercero de secundaria no es fácil.
-Bueno. Yo voy a dar una vuelta los dejo solos.
Isabela se levantó de la mesa para dejar a la pareja sola.
-Amor ¿no tienes calor? – le pregunta Emilio al verla de negro.
-Para nada - Nuria mentía.
- ¿Estás bien?
-Sí. Voy con Alex.
Nuria estaba celosa.
Rato después, Nuria vio salir de entre las paleras a una mujer bellísima con un cuerpazo en un bikini en color rosa. Era Isabela.
Nuria en el cuarto se miró al espejo sin ropa. Vio su abultado vientre y la carne que caía debajo de los brazos. Se miró gorda y fea. Se puso el traje de baño y miró desagradable comparada con la dueña de la casa.
Se puso un short y dio la vuelta por la playa. Trató de evitar a todos.
Un día después de ocultarse por los rincones, Clara su suegra habló con ella.
-Yo también creo que es una mujer muy bella. Es inteligente, dueña de una empresa y todo lo que tú quieras.
- ¿De qué hablas?
-De que Emilio te eligió hace muchos años. Hoy han formado la familia que tanto querían los dos. Y eso es lo que importa. Que te valga que esa flaca se pasee por su casa con las carnes de fuera. Tú también eres bella. Siempre tendrás mi apoyo.
Clara vio que su hijo estaba solo en sala, aprovechó el momento.
-Ven acá – le dijo Clara – ¿eres o te haces?
-No le entiendo, mamá.
-No te hagas – y Clara le pega en la cabeza.
-Pero, ¿Qué te pasa?
- ¿Qué me pasa? Que en tu casa tienes una hamburguesa y andas buscando los pellejos para el gato afuera ¿crees que no me he dado cuenta?
-Ay mamá. No seas exagerada. Nuria es mi esposa y la amo, la respeto. Nunca haría algo para lastimarla.
-Más te vale – le advierte Clara.
El cuarto día en la playa, por la tarde después de una larga jornada de vacaciones. Emilio estaba recostado en la cama. Observaba como su mujer se paseaba por la recamara recién bañada. Había un olor espacial en la piel de ella. Emilio la observaba con cuidado.
- ¿Qué? – le pregunta ella
-Nada – responde el marido.
-No dejas de verme. Ni que estuviera tan buena como esa mujer – Nuria soltó.
- ¿Qué dices?
-No te hagas. Esa mujer está increíblemente buenísima.
-Pero la que me gusta eres tú.
-Déjate de payasadas.
-Ven acá – Emilio le untaba la crema en la espalda. Después de algunos coqueteos terminaron en la cama haciendo el amor.
Regresando a la ciudad. Israel comenzaría una nueva etapa en su vida, el internado con ella sería la graduación. Aquel día, Israel estaba en su cuarto poniéndose la corbata. Su mamá tocó a la puerta, tenía que hablar con él.
- ¿Puede pasar?
-Claro. Sabes que siempre puedes pasar.
-Hijo. Ya te tardaste con la corbata.
-Estoy nervioso.
-Lo sé. Yo también lo viví. Es un momento único en tu vida. Comienzas un camino difícil pero que traerá cosas buenas en tu vida.
-Gracias mamá – le dijo Israel y le dio un beso en la mejilla – sin ti y sin mi papá no lo hubiera logrado.
Unas lagrimillas salían de los ojos de Nuria.
-Mi amor, nosotros haríamos lo que sea por Alex y por ti.
Continuará…
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