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Somos una familia parte 13

Cintia, la mamá de Oscar se ilusionó como cualquiera lo haría. Alejandro era un hombre inteligente y muy poderoso.
Cintia trabajaba en el despacho de Alejandro, ahí por ignorancia firmó unos papeles que Alejandro le dio y sin saber qué estaba firmando, Cintia fue culpada de lavado de dinero. Le dieron una sentencia de quince años de cárcel. Oscar tenía diez años cuando dejó de ver a su mamá. Pero hay cosas que ni el mismo Oscar sabía. Cintia llegó a trabajar a la casa de una mujer. Ahí conoció a Alejandro del que se enamoró. La mujer y Alejandro tuvieron a un pequeño. La mujer no quiso al pequeño y se lo entregó a Cintia. Fue entonces cuando Alejandro y Cintia formaron una familia junto al pequeño que nombraron Oscar Alejandro Pérez Aguilar.
A los dieciocho años la visitó por primera vez y desde entonces se prometió que nunca faltaría en fechas importantes. El examen de farmacología y las otras materias serían pesados, pero era una fecha importante, así que le llamó por teléfono al penal.
- ¿Mamá?
-Mijo, que bueno que me llames.
-Feliz cumpleaños mamá.
-Gracias, hijo.
-Discúlpame que hoy no podré ir a verte. El lunes comienza la semana de exámenes.
-No te preocupes, hijo. Yo sé que debes estudiar mucho.
-Lamento no poder ir a dejarte tu regalo, pero, sobre todo, verte.
-Tranquilo. Mi mejor regalo es saber que sigues estudiando. Tú serás un gran médico. Confío en ti. Cuando Cintia colgó el teléfono se lamentó por mentirle a su hijo. Oscar creía que Cintia era su mamá.
Oscar colgó el teléfono. Se sentó en una esquina de su cuarto y comenzó a llorar.
Todo el grupo se presentó en el salón en punto de las ocho de la mañana. Medina entró al salón y cerró la puerta.
-Ni se preocupen – dijo el médico – ni miren el examen de su compañero. Hay 27 exámenes diferentes. Todos son con preguntas abiertas.
Todos se sorprendieron de aquellas instrucciones. Medina se colocó frente al grupo y todos comenzaron a responder el examen. Contenía preguntas de todo lo visto en el semestre.
Al terminar su día de actividades en la escuela, Oscar tomó su automóvil y se dirigió al penal para ver a su madre.
Al día siguiente, Medina no estaba en su oficina. Los exámenes seguían en el mismo lugar.
Los amigos se sentaron después del examen de nutriología en las bancas del patio de la facultad.
- ¿Cómo está tu mamá? – preguntó Israel.
-Bien. Le llevé los libros que le mandó tu mamá. Dice que muchas gracias.
-No tienes nada que agradecer.
El viernes ya habían terminado los exámenes cuando se enteraron de que Medina los había reprobado a todos.
- ¿Que? – gritó Oscar.
-Cálmate – Francis lo tomó del brazo.
-Temo decirles que todos sacamos de seis para abajo – dijo Alan el jefe de grupo.
-Gracias Alan – le dijo Israel a su compañero.
El grupo se esparció por toda la escuela.
- ¡Hijo de puta! ¡Es un cabrón! – Oscar irradiaba bilis.
-Tranquilo amigo, no ganas nada con ponerte así.
-Por su puto examen no fui a ver a mi mamá en su cumpleaños.
-Lo sé. Y no eres el único afectado. Pero no ganas nada con ponerte así – Israel trataba de tranquilizar a su amigo.
Los tres amigos se propusieron pasar el extraordinario de farmacología. Los amigos sabían que en la casa de Oscar no estudiarían porque las ganas de follar serían inminentes. En la casa de Francis están sus sobrinas, así que estudiaron en casa de Israel.
-Señora. Su casa es muy tranquila – le dijo Francis.
-Gracias. Esta es tu casa – respondió Nuria.
Los tres jóvenes entraron al cuarto de Israel para estudiar todo el sábado.

Continuará…

Texto agregado el 30-07-2022, y leído por 64 visitantes. (1 voto)


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