Advertencia: ¡No lo leas! Es demasiado complicado, y lo explicare en unos meses o tal vez un día de estos o nunca…
…y si no lo entiendes lo llevaras a tu ultima caja, a tu urna funeraria; y desperdigadas tus cenizas, por tus queridos, en un rio caudaloso o en el mar...cuídate de no fallecer con una novela rosa, o best seller en tus manos, o lleno de polvo el encuadernado en tu biblioteca casera. Hay gente que hurgara en tu pasado indigno, de muy mal gusto…dejemos esta desiderata gastada para el fallecido en Baltimore…vayamos al punto.
La poesía es una serie irrefrenable de espasmos sin antiespasmódicos
Para la pasión del bardo no hay antiespasmódicos; su musculación petulante dice de sus emociones, apenas habla, apenas escribe; aun teniendo 35 años parece poseer una letra de la 3ra edad, en el papel, siempre en el papel, ya sobra poco tiempo y llega el 2030. El movimiento caligráfico ya no tendrá cultores que hacen arte sin ningún propósito, el poeta ya será solo corriente. Todos un poco, éramos invadidos por la locura espasmódica.
El bolígrafo se disparaba por causa de esas convulsiones, y se devolvía hacia el papel o la imprenta que receptaba con sus ojos el lector: sus muecas de asombro y sonrisa de este descifrador poético, o tenía dudas sobre lo leído. Un subir y bajar de hombros irracionales que dieron corazón latiente a la humanidad desde siempre. Espasmos, espasmos, espasmos: ¡Agraciada manera de enfermar de poesía!
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