1
Al tocar las manos de aquella bella mujer de ojos negros, tuvo el presagio de que ella lo iba a matar; pero como no creía en el Determinismo, la enamoró, se casó con ella y la gozó infinidad de noches. Total, si el presagio se cumplía, ya tendría cuando menos un momento final para arrepentirse.
2
Las manos de su mujer siempre le parecieron hermosas: suaves, tibias, amorosas, hasta que un mal día, ella, puñal en mano, lo hirió de muerte.
3
“Escucha amigo: Si tocas las manos de una mujer, sabrás mucho de lo que es, de lo que siente, de lo que piensa, quizás también de lo que es capaz. Si además es joven y bonita, puedes enamorarla; pero debes tener cuidado, porque con setenta años, millonario y además con un seguro de vida, no creas que te va a aceptar por tu cara bonita. Bueno, bueno, a lo mejor no es así y estoy exagerando”.
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