Lo vi esperándome en la esquina, ahí, donde años atrás nos juntábamos a comer pizza con mis amigos. Él era uno de la barra, aunque su presencia no se notaba. Siempre callado, serio. Incluso hasta daba miedo. Vestía siempre de negro. A veces sin darnos cuenta desaparecía por un rato. Al volver, era como si nunca se hubiera ido.
Muchas veces lo vi en lugares impensados, incluso en algunos eventos familiares. Me llamo la atención? Sí, pero lo deje pasar. Además cuando hacia una pregunta era como si no existiera. En esos momentos no le di importancia.
Un día, fue la última vez que lo vi. Me espero como siempre en la esquina o al menos esa fue mi imagen que me quedó. Me aferró bien fuerte la mano, me dijo al oído algo inentendible que me tranquilizó y partí junto a él.
Hoy vuelvo al barrio casi con ternura y un poco de añoranza. Mis imágenes son borrosas, son de otra época. Siempre vuelvo a esa esquina a ver si lo veo, él no está. Hoy, otro grupo de pibes se junta a comer pizza, mientras yo paso desapercibido. Hay un tal José con el que me llevo bien, es un chico muy bueno. Me recuerda a mí. Creo que nos llevaremos muy bien. Creo que es el único que nota mi presencia, pronto emprenderemos un viaje.