Es verdad que la verdad siempre dice la verdad
aunque ésta no esté casi nunca en la primera fila,
hay más verdad en la omisión que en la emisión,
en el silencio la palabra encuentra su mejor eco,
el antídoto eficaz contra los olvidos del tiempo,
crónica de un pasado que es promesa de futuro;
profecía presente que es certidumbre indudable.

Es verdad que la verdad es más que la verdad,
más que el mensaje que traducen las palabras,
la verdad que no pide pruebas es tan solo historia
enclaustrada verdad en las páginas más instruidas,
una verdad razonada y no por ello más razonable,
certeza es que la verdad es una duda casi resuelta.

Es mentira que la mentira sea la más mentirosa,
tal vez es que es más prudente que su antónimo,
una mentira, ni dicha mil veces se vuelve verdad,
pero una mentira eficaz puede cambiar el mundo,
a sabiendas que esa mentira no es sólo engaño,
contrariedad para una historia oficial engalanada.

Es falacia que la mentira sea el mayor atropello,
mentira es duda que suscita la semilla del desdén
una nueva opción para esa variable tan necesaria
ironía insurgente alimenta la aporética socrática
que refuta los más radicales sofistas enardecidos;
la verdad es tan solo una mentira que se dio bien.

JIJCL, 22 de julio de 2022