Kajtli, la diosa del desorden y las pesadillas, se ha enseñoreado de mi casa, creo que el culpable soy yo. Todo está patas arriba: mi cama sin tender, ropa desperdigada por doquier, así como un montón de cosas tiradas por el suelo; el comedor es un desastre, con restos de comida echada a perder sobre la mesa, las sillas desordenadas o volcadas; la sala también, hay en ella vasos y botellas vacías de vino en la mesita de centro, ceniceros repletos de colillas, los sillones aparecen manchados de una sustancia oscura imposible de reconocer; la cocina es un verdadero horror, el fregadero repleto de trastes sucios, con el grifo abierto derramando el agua por el piso, cucarachas y moscas paseando felices. Pero lo peor de todo es el baño, que huele a orines y mierda, no quiero ni acercarme a él. Para completar el cuadro, tengo una semana que no me baño, no tengo trabajo ni dinero para los gastos más elementales. Todo esto parece una exageración una verdadera pesadilla. Tengo que acabar con ella. Le voy a pedir a Kajtli que me despierte, que ya basta de tanto sueño estúpido. ¡Kajtli, por favor despiértame! ¡Libérame de esta pesadilla!, Kajtli, ¿me escuchas, acaso estás sorda? ¡No te hagas la tonta Kajtli, despiértame ya! |