Somos una familia parte 7
Lucy se quedó en la puerta, esperando a que él bajara. Ese monstruo que le estaba destruyendo la vida a la maestra de Alex, era Enrique Ayala, el maestro de filosofía del que Nuria estuvo enamorada algún día cuando daba clases en la universidad en la que estudió y en la que conoció a Emilio.
- ¿Dónde andabas? – preguntó Enrique.
-Estaba en la escuela – dijo con miedo.
-Ven acá desgraciada ¿me estás engañando?
-No. Por favor, créeme -Lucy se hincaba.
Enrique la tomó del cabello para darle una arrastrada por toda la sala. La tomó del brazo, la puso delante de él dándole una bofetada.
Por la noche, un vecino le dijo a Enrique que vio a una mujer que hablaba con Lucy, eso enojó tremendamente al desgraciado.
Al día siguiente, la maestra no se presentó en la escuela. El lunes por la mañana, Lucy se presentó en la escuela golpeada.
De inmediato, Nuria habló con la directora para buscar una solución.
- ¿Está ciega? A la maestra Lucy le pegan. Sufre de violencia.
- ¿Qué podemos hacer? – responde la directora.
- ¿Que? Pero ¿Cómo es posible?
-Ya hablé con ella, pero no quiere entender.
-No lo puedo creer – Nuria se lamentó.
En ese momento, se oyeron gritos en el patio de la escuela. Un hombre había entrado a la institución.
Los compañeritos de Alex estaban saliendo del grupo bajando las escaleras, muy asustados, gritando y llorando.
Alex bajó muy asustado, vio a su mamá en la dirección y de inmediato se acercó a ella.
-Mamá, mamá – dijo Alex muy agitado – ¡un señor está en salón!
- ¿Quién, hijo?
-No sé mamá. Le pegó a la maestra.
- ¿Qué?
Nuria vio que una maestra entró al salón y se oyeron más gritos. Nuria subió al segundo piso de la escuela, dejando a Alex cerca de la dirección.
Al entrar al salón, lo vio. Era él. Convertido en un monstruo. Traía una botella en la mano. Estaba ebrio.
- ¡Enrique! – pronunció Nuria al verlo.
El bicho forcejeó con el maestro de deportes tirándolo al piso. Estaba tan ebrio que sería imposible que se acordara que vio a Nuria después de muchos años. Nuria bajó las escaleras, tomó a su hijo y lo sacó de la escuela.
Se metió a su camioneta llegando a su casa. En el baño volvió el estómago, estaba muy nerviosa. Salió del baño y Alex estaba confundido.
-Mamá ¿Qué pasa? – preguntó llorando.
-Nada, mi amor. Todo está bien – Nuria se hincó para calmar a su hijo.
De pronto se imaginó en ese lugar. Regresó a la escuela después de que Clara había llegado de sus cursos. Le pidió que se quedara con Alex en la casa.
Regresó a la escuela y la policía estaba ahí. Enrique traía un arma.
Nuria vio como en ese preciso instante sacaron a la maestra Lucy en una camilla. Estaba muerta.
El aire le faltaba, las manos le temblaban. Se alejó del lugar para no regresar.
Por las noticias se mencionaba que un hombre había matado a sangre fría a una maestra en una primaria.
Y es que Enrique se había convertido en un monstruo. Enrique había estado en un programa de AA antes de conocer a Nuria, pero ni ella ni en la escuela lo sabían.
Después de que aquella rubia exuberante lo dejara por otro hombre, y enterarse que Nuria había formado una familia por chismes de ex alumnos, la rabia se apoderó de ese zángano. El alcohol fue su única opción. Conoció a Lucy por amigos en común. Escondiendo su pasado logró conquistar a la maestra. Ella confió en él y ahora estaba muerta. Pero no solo era eso, después de haber matado a la maestra de Alex, Enrique encajaría en el pasado del hijo mayor adoptivo de Nuria, Israel.
Nuria tenía miedo de que su nombre llegara a aparecer en alguna nota sin imaginarse de lo que vendría.
Continuará…
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