Se oían cercanos los murmullos de la selva; mientras, sentados alrededor de una fogata, tres amigos se hacían compañía. El mayor, era un hombre que estaba por cumplir los treinta y le gustaba escribir. El más pequeño, un niño esmirriado que no pasaba de los diez, escuchaba con atención. El tercero sorprendía: grande, musculoso, sereno, también permanecía atento. “Voy a escribir una historia donde ustedes dos sean los protagonistas - comentó el mayor -, ¿qué les parece? Ya hasta tengo pensado el principio: Eran las siete de una calurosa tarde en las colinas de Seeonee, cuando papá lobo despertó de su sueño diurno… Mowgli, Shere Khan, ¿qué opinan?"