Somos una familia parte 6

Israel estaba en su cuarto. No se animaba a decirle a Oscar lo que sentía. Era eso. A Israel le gustaba Oscar y estaba decidido a decirle lo que sentía hasta que sonó su teléfono celular. Los tres jóvenes se conectaron por videollamada.
-Falta que se conecte Francis – comentó Israel al no ver conectada a su amiga.
-Estás atrasado en noticas – le aclara Oscar.
- ¡Hola! – Francis apareció en la pantalla.
-Ustedes ¿juntos?
-Así es amigo. Nos estábamos comiendo.
- ¿Cómo?
-La doctora que ves aquí, me dio el sí acepto.
- ¿De qué me perdí? – él pregunta sorprendido.
-No te preocupes, Israel. Te buscaremos novio. De eso me encargo yo misma.
-Olvídalo.
Israel sintió un poco de pena por él mismo. Suspiró y dijo;
-Talvez no soy para ti, Oscar – dijo mientras colocaba el teléfono celular en el buró.
La pareja se sacó vuelo a la hilacha con su noviazgo y aprovecharon las vacaciones para salir todo el tiempo.
Regresando de vacaciones, Israel entraría al segundo ciclo básico. Sería un año muy pesado antes de pasar a los ciclos clínicos.
El que también pasaba de año era Alex. Entraba a segundo de primaria. La diferencia entre los dos hermanos era de trece años, pero se llevaban muy bien, Israel le ayudaba a su hermano en lo que podía de la tarea.
Con la entrada de Alex a la escuela, el regreso de un fantasma a la vida de Nuria.
Esa semana fue difícil, los libros que tenía que comprar eran cada vez más costosos. Israel se sentía horrible al tener que pedir dinero a su mamá o a su papá. Veía cómo Emilio llegaba muy cansado después de cargar garrafones, o a su mamá preparando sus clases. Sus papás le dijeron que pidiera todo lo que necesitara.
Cansado, bajó a la sala y vio que su hermano dibujaba algo que no le gustó.
- ¿Qué eso? – le preguntó Israel.
-Es mi maestra – Alex le mostró el dibujo.
Israel quedó petrificado. Era el dibujo de una mujer con el ojo morado.
El joven de inmediato se levantó, le mostró el dibujo a su mamá y se alertó.
-Alex. Mi amor ¿Qué es esto?
-Es la maestra Lucy - responde Alex.
- ¿Es tu maestra?
-Sí. Hoy fue así – dijo inocentemente.
-Esto no está bien- dice Nuria.
A la mañana siguiente, solicitó hablar con la maestra para verla de frente. Con el pretexto de saber el comportamiento de Alex, esperó a la maestra en la dirección. Nuria esperó afuera de la dirección. La maestra llegó y lo supo todo.
-Buenos días, disculpe ¿quería verme?
-Claro, buenos días. Soy la mamá de Alexander Escalante. Quiero saber cómo se comporta mi hijo.
-Bien. En realidad, es un niño estudioso, cumple con todos sus trabajos. Es muy participativo.
- ¿Y la disciplina?
Lucy claramente no quería hablar con Nuria. Sabía que tenía a otra maestra enfrente de ella. Y también sabía que no iba por la disciplina de su hijo.
Por más que Lucy tapara el moretón, era evidente. El maquillaje tapaba los moretones, pero los ojos hablaban, su lenguaje corporal, sus brazos, sus manos, su postura. Hablaba con miedo. Un pequeño derrame comenzaba a aparecer en el ojo.
A Nuria le preocupó lo que vio. Para no intimidarla, habló con ella en su casa. Al día siguiente pidió permiso en la secundaria para salir temprano. Alex salió de la escuela, se subió a la camioneta de su mamá. Se dispuso a seguir a la maestra.
Se estacionó en la esquina. Al bajar de la camioneta, le gritó. Lucy de inmediato volteó. Identificó a Nuria, cruzó la calle y hablaron.
-Me preocupa lo que está pasando con usted.
-No me pasa nada – Lucy tenía mucho miedo.
-Esos golpes….
-Me caí.
-Sabemos que no es así – Nuria quería ayudarla – ¿Qué pasa? me preocupa que les dé esa imagen a los niños. Alex la dibujó golpeada.
-Bueno, es que… - Lucy volteaba a todos lados.
- ¿Pasa algo?
-Nada.
-Mire, yo no me quiero meter en su vida, pero lo que sí le debo decir es que resuelva sus problemas porque puede ser contraproducente para los niños.
-Lo sé.
-En mí tiene a alguien en quién contar. Conoces la secundaria en la que trabajo.
Nuria subió a su camioneta para desaparecer al dar la vuelta.
Lucy entró a su casa. Él la esperaba.

Continuará…