La parodia y la caricatura
son las críticas más penetrantes.
Aldous Huxley
Entre conocer y pensar yo prefiero lo segundo,
saber que lo que sé siempre podría ser otra cosa
y que entre la razón y la sinrazón vive la tesitura;
entre la correcta eutrapelia y la risa desmesurada
germina el desdén: hilaria salida contra la verdad única,
frente a esa dogmática certeza de dúbia evidencia.
Quiero aprender de mi propia mirada perdida,
del yo que se desvanece en difusos pensamientos,
que abraza una causa que nunca llegaré a adoptar,
en la eterna indecisión de mi alma más incrédula,
cuando la broma se torna la respuesta más adecuada
y seguir vacilando es más que una reticencia obligada.
Tal vez debería pensar más en lo que ya fue bailado,
esos calculados recuerdos que me sé de memória,
los que invento e reinvento sin cambiar una coma
en la serena austeridad de mi propia calma chicha,
negación de los principios que me conducen al fin,
que me avisan que entre ser y serlo vive el dilema.
Aunque sé que es mejor vivir con los ojos cerrados,
yo veré la vida con auxilio de la visión monocular,
dando un guiño perpetuo a este mundo tan ciego
que celebra su silencio con el grito más inócuo,
que anuncia la victoria con um adulterado emoticon,
con el aforismo más depauperado y más repetitivo.
Ajeno a todas las voces que ahora me silencian,
prefiero dejar mi mensaje en estas entrelíneas,
a sabiendas que ha de llegar un día el exegeta,
hermeneuta atrevido, que reanime la llama apagada
y con ésta mi parodia construya una nueva narrativa
que, cual lúcida locura avive el seso y nos despierte.
|