Somos una familia parte 3

Sentados en las escolares de la facultad, observaban a otro joven que estaba solo sentado en las escaleras de enfrente.
- ¿No le habla a nadie? – pregunta Israel.
-Creo que es igual que tú. Ven.
Los dos jóvenes se levantaron de las escaleras y se sentaron junto a ese otro joven.
- ¿No hablas? – pregunta Francis.
- ¿Como?
-No le hablas a nadie – Francis lo cuestiona.
- ¿Tiene algo de malo?
-Podemos sentarnos a desayunar contigo – Israel se sienta junto a él.
-No hay problema – Oscar levanta los hombros.
-Tú eres Oscar – Francis ya había puesto atención en su nombre.
-Así es. Oscar Alejandro Pérez Aguilar, pero solo díganme Oscar Aguilar.
- ¿Por qué? – preguntó Israel.
-Porque no me gusta que me llamen Alejandro.
- ¿Razón? – de nuevo cuestionó Israel.
-Porque así se llama mi papá.
- ¿No llevas una buena relación con él? – le cuestionó Francis.
-No – Oscar respondió tajantemente.
Los tres jóvenes comenzaron a juntarse y hacían equipo para todo. Israel era el más tímido de los tres.
Los jóvenes se encontraban en la puerta de la escuela, se sentaban juntos en el salón, comían juntos y se regresaban juntos.
Formaron una bella amistad.

Nuria llevó a Alex a un psicólogo infantil el cual le explicó situación mediante cuentos y juguetes. Le habló de forma divertida y amorosa lo que estaba pasando con él y su hermano.
Los tres jóvenes comenzaron a destacar en clase sobre todo Israel. Francis preguntaba todo en clase, hacía las preguntas correctas y Oscar tomaba nota de todo lo que escuchaba y también era muy buen estudiante.
A medida que pasaba el tiempo, los tres jóvenes se hacían buenos amigos, amistad que se convertiría en algo más. Después de terminar la clase de introducción a la salud pública, los tres jóvenes fueron a las bancas de la escuela, ahí se confesaron.
- ¿A dónde se fueron todos? – Francis abre la conversación.
-Aprovecharon que hoy es viernes y el lunes no hay clase – Oscar dijo mientras miraba a su alrededor.
- ¿Qué? ¿No tienen novias? – pregunta Francis.
-No – respondió Oscar - ¿Tú no tienes novia? – le pregunta a Israel.
-No. Nunca he tenido novia – se detuvo – soy gay.
- ¿Eres gay? – Francis le preguntó.
-Así es. Me gustan los hombres.
- ¿Y tus papás saben? – Oscar preguntó por curioso.
-Sí. Yo le dije a mi mamá. También soy adoptado.
- ¿Adoptado? Vaya. ¿Es el confesionario? ¿y tú? – Oscar se dirige a Francis.
-Soy adicta al sexo – responde ella.
Todos se quedaron callados.
-Me gusta usar medias de liguero y que me den por atrás – sin pena dijo Oscar – me gusta usar un vibrador anal mientras estoy en acción.
-Yo me excito muy rápido, soy multiorgásmico y soy muy escandaloso en la cama y me enamoro muy rápido – concluye Israel.
-Increíble – Francis estaba fascinada con lo que estaba escuchando
- ¿Qué música te gusta? – preguntó Oscar a Israel.
-Escucho de todo un poco. Pero hay dos canciones que me encantan
- ¿Cuales? – pregunta Francis.
- “Hermoso cariño” y “Si nos dejan” – son canciones especiales para mí.
- ¿A ti? – pregunta Francis a Oscar.
-Me gusta mucho bailar. Ponme cumbia, salsa, guaracha, merengue, lo que sea yo lo bailo.
-Yo no creo en Dios ni en fantasmas ni en las coincidencias ni en los milagros ni en nada de eso – comenta Israel.
- ¿Razones? – le pregunta Oscar.
-Tengo una batalla con él – dijo señalando hacia arriba - por todos los años de ausencia en mi vida – responde Israel.

Continuará…