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Que de matacaballos diga la profesora que completaremos un cuestionario cuyo tema no conozco o acaso es la amnesia la que bifurca los caminos hacia senderos lóbregos en que se oculta mi conocimiento. No es gracioso y uno voltea el rostro buscando el auxilio, una seña, un meridiano sendero sobre el cual transitar. Me sopla al oído una niña que la temática versa sobre Alonso de Ercilla. Curioso, sé de su obra enaltecedora de la raza araucana y presupongo que habrá escrito muchas más, sentado sobre una roca o en la comodidad de su escritorio. Así por lo menos lo recuerdo en ciertas ilustraciones. Rememoro que sobre esos temas nebulosos era cuando ponía en marcha mi facilidad para llenar hojas y hojas yéndome por las ramas. Es decir, describiendo su vestimenta quijotesca, su barba cuidada y una diestra voluntariosa e inspirada volcando en rumas de papeles todo su acervo. Lo supongo oliendo el fragor de la batalla entre esos centauros metálicos que conformaban el ejército español y las lanzas ávidas de sangre invasora de los araucanos. Hasta ahora, no he dicho nada, ni lugar de nacimiento, estudios ni ciudad que lo vio nacer, datos importantísimos que vadeo como un soldado esquiva la lanza o el garrote. Y se diluye el verso del militar y español y despierto. Me pregunto y a la vez inquiero porque son recurrentes mis sueños en que tengo que rendir algún examen a sabiendas que mi conocimiento es errático. Me expongo, claro está, pero vale la pena saber la opinión de otros. Me dice ella, no daré nombres, que de alguna forma esto pudiera indicar una resistencia embozada a ser evaluado, a saberme en muchos casos desnudo e indefenso. Pudiera ser.
Las aguas vienen mejor en el próximo sueño. Viviendas en donde domina la precariedad de ladrillos desnudos y tablones desguazados. Se pisa tierra primigenia, aterronada y no hollada por ningún pie. Sé que debo concurrir a cierto lugar y ello implica buscar las mejores pilchas. Es todo tan incierto, en esa gris atmósfera de prendas e infinitud sin relojes, sólo una idea temblequeando en la duda. Encuentro lo apropiado para esa ocasión que desconozco y camino por pasillos sinuosos. (¿No les parece que esto ya lo he contado?). Quizás me repito por culpa de estas jornadas epidemiosas en que ni los propios días saben distinguirse entre ellos y recurren ávidos al calendario para informarse. He pensado jugarles una trastada y recortar el calendario cambiando los días de lugar y así lograr que un jueves, por ejemplo, caiga en la trampa y viva como un martes cualquiera. O un lunes se transforme en sábado sin percatarse que la holgura de este día le sobrará por todos lados.
Pero vamos a lo que trataba. Los baños están en medio de un patio desierto y plagado de grises. Son curiosos estos cuartos enladrillados con grandes ventanas que sólo son boquerones que nada ocultan. De este modo y por innata precaución, no golpeó para saber si alguno está ocupado y sólo asomo mi cabeza para cerciorarme. Una muchacha doblada en dos, pareciera enjabonarse sus piernas sin reparar en mi presencia. Me aproximo al siguiente y otra muchacha deja escurrir el agua sobre su cuerpo desnudo. Me ha visto pero no se inmuta y para mí el espectáculo no me sorprende porque mi deseo es que ambas féminas desocupen luego las salas para ingresar a realizar mis menesteres.
Acá hago un paréntesis. ¿Será que el movimiento reivindicatorio de las mujeres se me filtra en estos sueños, proponiendo y poniendo en acción un trato igualitario? Somos lobos aún los hombres y estas situaciones las vamos asimilando de cierta buena gana. Al final de cuentas, todo será para mejor, desterrando las injusticias y alzando entre todos ese enorme pie machista que por milenios ha sojuzgado a las mujeres. Pero en este entuerto, también deberemos liberarnos nosotros como machos de todos esos prejuicios, tan similares a ese sendero arcilloso y poco transitado de las injusticias. Acaso pierdo el hilo, sólo divago, pero este es un sueño y las conclusiones se me ocurren gratis.
Las muchachas se despiden y acá enhebro unos eslabones para darle continuidad a un asunto que no la tiene. Sé que me he vestido de una manera tan inusual que imagino que volveré sobre este mismo sueño una de estas noches para corregir esta vestimenta que me parece estrafalaria. Y me pierdo por senderos que tratan de hacérseme parecidos y camino y camino y como pierdo el rumbo, concluyo que me dirijo de muy mala gana a rendir un examen cuya temática desconozco.
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Texto agregado el 23-06-2022, y leído por 188
visitantes. (3 votos)
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Lectores Opinan |
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24-06-2022 |
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Un laberinto son los sueños, entramos a dimensiones donde todo es posible de un monstruo que se deje golpear por caperucita. Espero que apruebes el examen. Abrazo grande. sendero |
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23-06-2022 |
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—Creo que la permeabilidad de los sueños absorve y nos revela la realidad de las situaciones vividas como también las imaginadas por el pensamiento libre en vigilia, sólo que todo lo que selecciona lo libera de los filtros que nos impone una sociedad pacata y condicionada por medios e intereses. Por eso los sueños nos llevan por los senderos de ese laberinto al que muchas veces nuestro subconciente quiere volver a entrar cada noche. —Saludos desde mis laberintos. vicenterreramarquez |
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23-06-2022 |
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2) Divagar un poco es una forma de liberarse, de soltar un tanto las preocupaciones inmediatas. Un laberinto en el que queremos perdernos a voluntad. Muy buen texto, amigo. Lo disfruté. maparo55 |
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23-06-2022 |
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1) La mente divaga y crea un sinfín de vericuetos por el que discurren emociones, sentimientos, deseos, sueños. Y de pronto, tenemos que volver a la realidad, a enfrentar sin remedio lo cotidiano, lo trivial. maparo55 |
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23-06-2022 |
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Tú lo has dicho, son laberintos donde la mente parece entretenerse entrelazando ideas, recuerdos, sensaciones, vivencias y, por qué no, también aspiraciones que subyacen en el inconsciente y aun no se atreve a descubrírsenos. Inquietan, claro, insisten, sí; seguramente un día de estos al despertar encontraras el motivo de esos sueños. Me encanta leerte, amigo querido Shou |
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23-06-2022 |
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3. Te voy a sugerir algo que a su vez me sugirió una amiga de la vida: "ten una libretita y un lápiz en tu velador, al lado de tu cama", para que cada vez que sueñes, te despiertes y escribas, relatando tu sueño en primera persona, escribiendo no solo los sucesos, sino también tus sensaciones. Me encantó tu texto/sueño/relato. Gracias. gsap |
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23-06-2022 |
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2. Hay quienes tienen el don maravilloso de interpretarlos, porque claramente, siempre hay algo que extraer de estas vivenciar dormilonas que, en ocasiones, resultan ser tan vívidas, que logran estremecer y emocionar. Hay tantas cosas destacables dentro de tu sueño, pero fundamentalmente, me quedo con los examenes que debes rendir en desconocimiento de los contenidos... gsap |
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23-06-2022 |
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1. Tus sueños me parecen una historia alocada, exquisita, entretenida y degustable cien por ciento. Dicho esto, recuerdo una de las sentencias de nuestro egregio Jung: "La función principal de los sueños es intentar restablecer nuestro equilibrio psicológico", la pregunta consecuente podría ser: ¿qué son los sueños? ¿manifestaciones del inconsciente? ¿portales por los cuales podemos observar nuestras vidas paralelas y/o con suerte nuestras vidas pasadas? gsap |
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