PECADOR

“Soy un cristiano viejo
De tradición ancestral
A veces soy medieval
A veces medio pendejo”
LIGOURI


"Lo decente no quita lo caliente"

Me da pena lo que voy a escribir, lo hago para deshacerme de mis demonios.

Vivo en la bella ciudad de Guanajuato, soy creyente convencido, tengo un trabajo con buen sueldo, soy pilar de la iglesia católica. Quise ser sacerdote jesuita, pero un pecado capital me lo impidió: el monstruo de la lujuria, las mujeres me vuelven loco. Mortifico a mi padre confesor, siempre le cuento el mismo pecado y vuelvo a repetirlo. Él me ha aconsejado que me case, así saciaré mis rijos de varón.

Al principio agarraba parejo, cualquier fémina de buen ver, pero las jovencitas o solteras no saben cuidarse y suelen salir embarazadas ¡Qué lio! Por lo que prefiero casadas de ideas liberales, ellas si se cuidan, además tienen un marido cornudo a quién endilgarle algún error.
Se sorprenderán cuantas damas de buen ver se sienten frustradas en su matrimonio y buscan una aventura. Y yo estoy para servirlas.
De todos modos, pienso casarme y dejar de cometer el doble pecado: fornicar y con mujer casada. Tengo una noviecita modosita, pero con un cuerpo de diosa, un cuerazo de mujer. Era feliz con mi doble vida, pero, siempre hay un pero, el güey del que iba a ser mi suegro, masón, me mando investigar, el sabueso que contrata resultó ser muy bueno. Saca una videos y fotos comprometedoras en las que yo soy el protagonista, encuerado con bellas damiselas.
Además, por indicación de su patrón, fue con mi novia y le dijo: “soy un marido ofendido y voy a matar a su novio, aquí tiene las pruebas”. ¡Vay escándalo de mi noviecita! Me manda a freír espárragos y estas fueron sus aladas palabras:

“Qué te crees, que soy tu pendeja, mira lo que haces —mostrándome las obras de arte— mientras me juras amor eterno, tú y tu iglesia se van a chingar a su madre, deja de joderme grandísimo cabròn”.

Más claro ni el agua.
Tengo 30 años e igual que San Agustín le pido a Dios que me haga bueno, pero no ahora, ya que ando detrás de una bella dama casada con unas piernas escandalosas y que me hace jalón.