Esta vez abrigaré mis huesos:
llegará el invierno,
hasta la carne,
y nada más.

Podrán caer las copas,
crujir los muros,
agrietarse el piso,
pero no pienso moverme.

Como un perro persiguiendo
su cola
en círculos
en círculos
yo ya estuve aquí.

Maté aquel amor
arranque mis pestañas
vi al sol temblar
hasta caerse del cielo.

Otra vez parada al borde
del fin.
Otra vez lista para recibir
el puño.

la muerte
de lo más querido
al fin
disuelve los miedos.

Lista para
volver sobre mis zapatos,
amarrar en la hoja
el punto final.
Dejar al tiempo escurrirse
y allanar mi sonrisa
para la próxima.