TE ESPERO
Recuerdas aquella triste tarde de invierno, el frio traspasaba los huesos, sin embargo, yo sentí el calor del infierno cuando me dijiste “es mejor separarnos, lo nuestro no tiene futuro”.
Mi dolor con tu desamor fue inmenso, en mi desesperación pensé recurrir a un recuerdo de me abuelito, el revolucionario, hacía mucho tiempo que no se usaba. Al principio el rescoldo cristiano, enseñanza de las monjas, me detuvo.
Al pasar el tiempo en lugar de disminuir mi aflicción, aumento, más cuando vi la foto en el periódico, ella vestida de novia y tú tan guapo como siempre
Ya nada me detuvo tenía que poner fin a mi angustia. En la noche serena y callada se escucha el terrible estruendo. ¡Cuánta gente rodeo mi cuerpo! Lo vi desde lejos.
El viento fortuito que derriba algún aditamento de mi nueva “estancia”. Alguien que da la vuelta por aquí y parece que se dirige a mí pasándose de largo. ¿Qué de malo hay en creer que serías tú?
Al principio mucha gente acudía, parece que se cansaron, sólo los gatos pasan, aunque huyen de mí, ¿por miedo?
Ya no sé si puedo contar la espera con horas, pero ahora sé que es así como alguien se vuelve su propio fantasma. Aferrándome a ti renuncié a todo lo demás. Y ahora espero con esa espera que no puede medirse; sentada en la hermosa lápida de mármol rosado que mi hermano eligió. Sé que vendrás, lo sé. Te espero
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