Hace unos días recibí por correo un libro largamente añorado: Cazadores de letras, las minificciones reunidas de varios libros de Ana María Shua. Supe de ella a través del libro de Lauro Zavala: La minificción bajo el microscopio. Este tomo de A. M. Shua, editado por Páginas de espuma en 2009, contiene los siguientes libros: La sueñera; Casa de geishas; Botánica del caos; Temporada de fantasmas y Fenómenos de circo.
Hojeo algunas páginas del libro y me detengo un poco en la lectura de varias minificciones de “La sueñera”, las cuatro o cinco que leo me asombran, por la aguda imaginación con que están escritas. En ellas logra observarse el arduo y apasionado trabajo que la autora ha hecho para escribirlas.
La minificción es un género que poco a poco ha ido ganando adeptos, cada vez más escritores reconocidos o no, la cultivan. Existe en cada una de ellas, una precisión especial, para resolver con la menor cantidad de palabras posible, el asunto tratado. Esto no es absolutamente necesario, para realizar un texto breve como éstos, depende del tipo que el que escribe quiera usar para elaborarlo, ya que la minificción está ligada a otros géneros muy breves: haiku, aforismo, soneto, fábula, alegoría, mito, etc. Y puede adoptar también otras formas: microrrelato, minicuento.
Esta nota breve no pretende ser una guía sobre las minificciones, solo mostrar el interés que han despertado en mí desde hace algún tiempo y el entusiasmo que me tiene atrapado para elaborar algunas de ellas. No importa si resultan o no fallidas, con la práctica, seguramente habrá algunos aciertos. Aquí, intento una:
Locos
Ellos gritan, corren, se empujan, parecen pelear todo el tiempo por algo. Son muchos, pero de entre todos siempre hay uno que se queda conmigo, me cuida con cariño y no permite que nadie ni nada me rebase. A veces no lo logra, es cuando un proyectil raudo golpea mi tejido interior; entonces se escucha un rugido tremendo alrededor y la mitad de ellos se abrazan, festejan; mientras, la otra mitad, incluido quien me cuida, se queda muy triste. Parece cosa de locos.
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