Yo soy la O, una letra singular, redonda y sonora, que incluso tiene su canción. Formo parte de muchas palaras, con potencia musical. A mí me tararean y hasta en el himno me aclaman. Soy canción de cancha y hasta en recitales soy coreado, pero como todo, mi fama cae en el olvido. Hoy estoy fuera de moda, ya que mi letra tiene mala fama. Muchas veces me señalan, por algo que yo no tuve la culpa, hoy buscan mi reemplazo.
Yo soy la E, aunque se escribe en cursiva, soy otra letra del abecedario que busca su lugar. A fuerza de pulmón y promovido por ajenos, hoy lo encontré. Y aunque a veces soy me llaman frente a la duda, hoy me aclaman en la igualdad. Estoy en el momento más feliz, con mayor reconocimiento. Hoy luchan por mí, los que no tienen género.
Yo soy la X, una letra singular, casi al fin del abecedario, que se da por multiplicar o siendo la estrella de una ecuación. En las matemáticas soy un más corrido al costado, que trastabilla tipo borracho, apoyándose en el piso. Soy el más importante, ya que todos me conocen. Para mi sorpresa, hoy juego de local en las causas perdidas, en lengua tome mi lugar, con mi sonido silbante. Soy el que busca la igualdad, en otras igualdades escondidas.
Ayer y hoy, OEX tendremos este lugar. Somos todos del sindicato de las letras del abecedario. Nos juntamos en un asado y nos contamos nuestras penurias, nos alegramos, reímos y también bailamos. Estamos unidos, aunque afuera quieran separarnos, prohibirnos o imponernos. Nosotros estamos fuertes, aferrados al destino de la lengua, elástica y rebelde.
Mañana, otros compañeros serán el eje de otra discusión.
|