Queda poco
a esta hora
que ofrecer
más que un suspiro
inerte,
poco prodigioso
que eleve mi ansia
hacia el plenilunio
que se anuncia pronto.

Me quedan pocas monedas
en el bolsillo de la astucia,
pero me acuesto recio,
cierto, vagabundo,
dejando estelas de amores
en los rincones de este predio.

Novedad: descubrir el mundo a través de la palabra.
Estamos hechos de lenguajes vividos,
de gráficos en imagen.

Bella novedad la de encontrarme mirando
el cielo,
la azul oscuridad del silencio
mientras el verso sale libre
por afán de apertura,
por simple vitalidad
o muerte
en afán de hermanos,
en rota conciliación
que abre ahora sus alas
para volar.