MUJER ASERTIVA
“Desde que mi mujer trabaja, de pendejo no me baja”
Hola, amigos:
En la universidad, me enamoré de una compañera mía, los dos estudiamos “Administración de Empresas”, ella en los estudios era brillante, yo en cambio estaba en la cómoda medianía. Al recibirnos nos casamos, somos padres de dos hermosos niños, un caballerito y una hermosísima damita (como su mami).
En la vida diaria, en la casa soy un perfecto mandilón, debido a que mi media naranja siempre está ocupada en un trabajo de excelencia, con un sueldo astronómico. Ella es la gerente de una empresa trasnacional. Yo en cambio sólo llegué a un puesto burocrático en el gobierno de la cuarta transformación, mi sueldo debido a la “austeridad Franciscana” es raquítico. Antes tengo trabajo ya que no soy ninguna lumbrera.
Ahora les daré el decálogo de lo que los maridos tenemos cuando nuestra esposa gana con creces mucho más que uno:
1. Nos dedicamos a la casa, a todo, no sólo barrer y trapear.
2. Llevamos a los niños a la escuela y los ayudamos en sus tareas.
3. Juntos nuestros sueldos son: el de ella enorme, el mío pequeño.
4. Cómo es lógico, la señora administra la economía. A mí sólo me da para mis chuchulucos.
5. Vivimos en una lujosa residencia y entre más grande sea está más trabajo para un servidor.
6. Por falta de numerario no tengo amigos para el café o la cerveza, soy pues un hombre sin vicios, más por necesidad que por gusto.
7. En las noches a la hora de los arrumacos y el himeneo, a ella siempre le duele la cabeza.
8. Tengo suerte que mi mujercita me mande, no con “mano metate”, sino con “mano de seda”.
9. Yo digo la última palabra: “si mi vida”.
10. Ella dice: “tu dinero es mío, mi dinero es mío”
Por favor no me pregunten que pienso de la liberación femenina.
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