luego de tratar de dormir en una noche llena de humedad y frío, me senté a meditar un poco... sabía que uno debe meditar algo más y con mayor dedicación, pero, uno es tonto y deja lo mejor para un mañana que no existe... pensé en la muerte, y sentí que ella respiraba a mis espaldas... ciertamente la muerte está cerca como una cola invisible en cada ser... para luego enroscarse como una anaconda y arrancarnos lo más valioso que tenemos...
estaba como dentro de una pecera... pasaban ideas y miedos en formatos ideales, pero, sabía que eran temporales... de pronto se me acercó uno de ellos y dijo algo acerca del Edén...
quedé atento y en espera de su expresión... "la mujer es la tentación... la culebra es la mente o la razón... el árbol con sus frutos es el conocimiento o saber de las cosas... y al tener el conocimiento vemos todas nuestras debilidades, temores, ansiedades y afines... como un ser desnudo"... "y el cielo es la inocencia que te da la santa respiración, como esas aguas que mojan las secas arenas de la existencia"...
entendí que debía limpiar mi existencia con la divinidad que está dentro nuestro... no en un libro ni en un cielo lejano, ni en las palabras de un santo... entendí que la inocencia es el camino a la libertad y la alegría... ciertamente estaba en el camino correcto y debía seguir con mayor pasión... no vaya a ser este el último día de mi existencia... y ya sin un cuerpo sería imposible jugar al reencuentro con nosotros mismos, o con nuestra naturaleza...