el silencio me encanta. a pesar de tanto dolor y ver como el tiempo ilumina un pasado mejor. escuchar una voz interior que dice: es mejor contar lo que cuenta y olvidar lo que no, aunque no puedas cambiar ni dejar tus debilidades, es mejor realizar lo que vale para ser feliz.
la felicidad ha sido una palabra que he arañado por pocos momentos. y no es tocado por el mundo a pesar de vivir en él. la felicidad siempre ha estado en su lugar. en mi corazón. ella no desea mas que estar siempre a mi lado hasta que el tiempo se llene de arena y deje mi alma volver a su origen. jamás entenderé ni imaginaré el lugar de donde proviene el alma. pero puedo sentir así como siento la belleza al escuchar a Bach, o al ver a un recién nacido a este mundo, así siento que el alma proviene de la belleza misma.
he sido muy débil ante tantas cosas. traté de cambiar de forma de ser. luche mucho tiempo por ser mejor, pero la realidad es que no vale la pena, no cuenta para tocar la felicidad. aquello que si cuenta es el puente que me une a mi origen que es como subirse a una balsa en medio de un lago apacible y oscuro dentro de mí, y dejar arrastrarme por su fluir. pero el temor a lo desconocido o al cambio me encadena y no me dejo llevar. quizás sea ese mi gran debilidad. no dejarme llevar por aquella balsa y naufragar para siempre en la mar de la belleza.
no puedo seguir escribiendo algo que no puedo entender pues el que escribe es la misma belleza que trata de arrastrarme a su propia naturaleza...