El silencio en la aureola de la lengua
se queda esperando una palabra,
la que al llegar insinúa salir a versar,
y se queda detenida sin articular ni una.
Es que la nostalgia atravesó su bosque
sin hallar en su tierra un lugar sano, puro;
para dejar su voz corretear en sus ramas,
y se queda quieta dormida en la comisura de sus labios...
Nada llega para calmar su sed de emociones, para sellar su tiempo.
Se ha quedado entre plantas, y aves como una diosa perdida.
como un ángel sin guardia, sin estrellas, sin la noche y su luna brillante.
Sucumbió a su pena. Un lagarto despierta en silencio, y persigue su sombra.
Una rana que salta en las piedras y surge juguetona en su entorno.
Y la voz no aparece en escena, ha perdido su encanto, ha perdido su tiempo.
Aunque sabe seguro, que aún, lo domina en lo oscuro, ya que brilla la luz de esperanza en su nido.
Y que tiene en su vida otro seguro, que llenara de luz esa voz que no dice nada.
Ese silencio atragantado entre dos mundos, que desea encontrar en la cima de su vos que se calla, de su ingrato papel que esta blanco, sin la letra, sin la voz, si el canto de su imaginación.
A-M-R
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