Intentaré sacar este también rápido, sin mucho seso, pues me está gustando el estilo de columna o lo que sea que resulte siendo esto, pues ayuda a ejercitar y a desarrollar.
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Se quemó Fico, Petro sacó más del doble de votos que en la primera vuelta del 2018, Rodolfo Hernandez pasó a segunda vuelta con 6 millones de votos, en total votaron 21 millones de personas.
Del pasado 29 de Mayo puedo concluir que: Duque mató electoralmente al uribismo, los ha terminado de deslegitimar, los 5 millones de votos que Fico levantó se pueden explicar con los dineros de la burguesía (compra de votos y chantajes), se explica también con la base social que hace posible la guerra cruenta (es decir quienes tienen convicciones afines al actual régimen, principalmente narcotraficantes y malandros bien hptas). Es un error pensar que ya no son protagonistas; nada indica que las fuerzas militares (y paramilitares), los terratenientes y los narcotraficantes vayan a perder el papel esencial que tienen hoy en día en la vida nacional. No se debe caer en personalismos, el uribismo estaba condenado a perder electoralmente, con esto quiero decir que no fue Duque, sino el curso natural de un partido así en estas condiciones colombianas. Si Zuluaga hubiese ganado en el 2014 esto simplemente se habría acelerado.
En el pensado de toda la gente que apoyamos la candidatura de Petro y Francia estaba la necesidad de ganar en primera vuelta, pues en nuestros sentires estaba el temor de que sucediera lo mismo del 2018: la unión de los poderosos y el fraude implacable (ya en esta primera vuelta hay denuncias de cómo se infló al ingeniero), esto haría inalcanzable de nuevo la presidencia para este candidato. Eso sí, estábamos seguros de que en la primera vuelta íbamos a arrasar, lo cual sí se cumplió, pero el temor y la incertidumbre hacen que incluso 8 millones de votos se sientan como una derrota (a mi aun me huele mal esta primera vuelta, no tanto por no ganar sino que me huele a fraude).
Ahora debemos ocuparnos del ingeniero. Personalmente me sabe a mierda cada que aparece desde que sé que es uno de los ricos de Colombia, pero con la campaña pasó de café a marrón oscuro. Primero que nada, la movida mediática del candidato es realmente lamentable, pues es un populista consagrado. Todo comenzó cuando cacheteó a un concejal que estaba sacando los trapitos sucios de él y su hijo, eso fue hace unos años, de aquí salió su caballo de batalla, es un hombre con un carácter tal que nadie que mienta o robe se puede salvar de su cachetada si él está cerca, es implacable. Resalta el haber cuadrado con noticias RCN la escenita de él llorando por la foto de su hija asesinada por el ELN, resaltan sus declaraciones misóginas y clasistas.
Rodolfo utilizó – como nos enseñaron los fachos colombianos, quienes para mí constituyen parte de la vanguardia de la derecha mundial, lo que me limita a decir esto con seguridad es la barrera idiomática – las redes sociales y el escándalo, para pulular en los feeds de mucha gente. Es que esto nos lo enseñó Donald Trump y la campaña por el No en el plebiscito del Acuerdo final por una paz estable y duradera: no es necesario apelar a la intelectualidad ni esgrimir argumentos, lo que es indispensable es apelar a la emocionalidad y fundamentalmente a los temores de las poblaciones, para esto es altamente efectivo el escándalo (acá entran esas declaraciones indecorosas que apelen a una lógica construida por los miles de estímulos que brinda el mundo moderno, no por el saber académico y docto sino por la construcción del sentido común carente de conciencia de clase, de género y de especie, algo totalmente intuitivo, pero que solo desnuda el drama en el que vivimos).
Ortodoxamente el populismo se define en apelar a discursos que calan en las masas para así obtener apoyo de ellas, pero Rodolfo nos presenta nuevamente la mutación que ha triunfado en estos años y que se explica por el funcionamiento de las redes sociales digitales: lo importante es aparecer, figurar, ganar interacciones. Había sido el populismo el que nos había, en parte, mostrado cómo una figura o movimiento se puede blindar de los ataques racionales, pero ahora lo que es necesario comprender es que ya no es necesario apelar a discursos que se muestren favorables para las masas sino obtener interacciones, lo fundamental ahora es no pasar desapercibido y en la diversidad la recepción significará el triunfo, puede ser una recepción superficial (no me imagino a las 6 millones de personas leyendo el programa de gobierno del inge) pero solo con esto basta. Él puede salir en miles de feeds diciendo que las mujeres están mejor en la cocina (aunque en esa misma entrevista diga que gracias a ellas es que le fue bien en la alcaldía de Bucaramanga) que en la política, o diciendo burlescamente que la vaca lechera es la gente pobre con capacidad de consumo que mes a mes le entregan el sueldo y esto no le hará daño necesariamente pues la fuerza y potencia están en que se torna relevante en el espectro mediático. Prueba de esto es que no se apareció en debates, pues aunque las interacciones le favorecen en un debate con Petro le hubiese ido muy mal, pues aunque promete un cambio no tiene propuestas serias y por su condición de clase se hace evidente que su interés es otro, esto fue una jugada hábil, sus propuestas se resumen en cachetadas a los malportados, nada presentable en un debate.
Desde mi punto de vista el juego electoral es una de las trampas más efectivas del liberalismo, si yo quería que ganara Petro era para que tuviésemos un aliado (en medio de lo posible) en la transformación social. Me parece diferente que sea un exguerrillero con el talante que ha demostrado Petro el jefe de las fuerza armadas a que Duque esté en una fotografía en cada CAI, uno sabe que lo esencial y estructural no cambia con un presidente progresista. Desde mi punto de vista estas elecciones ya no tienen gracia pues la probabilidad de que Petro gane se aleja, abandonemos la ilusión electoral, organicemos nuestras vidas. Parte de esto es inmunizar a la gente del actuar de la derecha internacional, que para mí consiste en acusar a cualquier opositor de causar lo que ellos causan (genocidios, hambrunas… el drama de la vida moderna prácticamente), siendo este el actuar probado del discurso uribista por ejemplo, o hasta en gringolandia, o el discurso del extinto grupo de Lima (cuando Duque hablaba de todos los males de Venezuela en una pintura caótica y terrible, pero estaba describiendo a la perfección el mierdero colombiano). Quisiera finalmente responder a una publicación viral en redes en donde cuestionan: ¿será que los colombianos prefieren a la mujer en el poder o en la cocina? mi respuesta es que las prefieren en la cocina aunque no sean capaces de admitirlo, pues la base social es profundamente machista (algo totalmente probado), si los fenómenos sociales indeseables no fueran tan fuertes habrían razones para pensar que habrpa un cambio respecto a actitudes como esta, pero la sociedad se ha manifestado con contundencia (no me refiero a las urnas) y ha reafirmado su carácter.
Organicémonos, votemos por el Pacto en segunda y luchemos por un mundo menos pior. Termino acá porque ya está tomando más tiempo del que deseaba, espero que a través de este entrenamiento mi redacción vaya mejorando y así pueda tocar de manera efectiva los temas que quiero y como quiero. Gracias por leer. |