Nuestra familia parte 27

Emilio y Nuria no tenían que pensar nada. Sabían lo que significa luchar por tus sueños y querían formar su propia familia a toda costa. Así que en la esquina dieron vuelta y regresaron a la institución, hablaron de nuevo con Isidora y aceptaron adoptar también a Israel.
Después de varios días de haber recibido aquella llamada, les dieron fecha y hora para una cita con Isidora.
-El comité de adopción de la ciudad ha expedido el certificado de idoneidad.
- ¿Qué significa eso? – pregunta Emilio.
-Ustedes serán padres.
Nuria no soportó más y se soltó a llorar. Emilio la abrazó y le dijo que todo estaría bien. Después de firmar varios papeles y hacer muchas llamadas. La feliz pareja por fin conocería a sus dos hijos.
Se trataba de un niño de cinco años de nombre Alexander y otro era Israel.
Israel estaba sentado en una silla junto al pequeño. Alex no entendía mucho lo que pasaba, pero Israel estaba agradecido con la vida por lo que estaba pasando.
Aquel momento fue como conocer al amor de sus vidas. Nuria y Emilio entraron a una oficina en la que ya estaba los dos jovencitos. Alex estaba abrazando un conejo, Israel se puso de pie inmediatamente y los miró de frente.
-Israel – pronunció Isidora – ellos son tus padres, Nuria y Emilio.
El joven se acercó a la que ya era su madre. Mientras que Nuria estaba envuelta en llanto, Emilio estaba paralizado.
-Es extraño – dijo Emilio.
-Lo sé. Pero es cuestión de tiempo. Ya saben que habrá un seguimiento post adopción durante dos años.
-Es como un sueño – soltó Nuria.
La mujer abrazó a Israel que estaba temblando. Nuria no paraba de llorar. Abrazó al pequeño y le dio un beso en la mejilla. Emilio, también abrazó a Israel y a Alex.
Los cuatro salieron de la institución con muchas emociones encontradas.
En la camioneta de Emilio regresaron a casa, pero tuvo que ir a la purificadora porque las motocicletas en las que se hacen las entregas se habían descompuesto.
- ¿Tienes una moto? – preguntó Alex.
-Tengo dos – le responde Emilio.
-Quiero verlas – gritó el niño.
-Así será – Emilio le respondió a su hijo pequeño.
La familia se dirigió a la purificadora, ahí Israel conoció el negocio de su papá.
Sus trabajadores sabían la situación de la nueva familia. Emilio presentó a sus dos hijos y eso le emocionó mucho. De inmediato llegaron a su casa en donde estaba muy emocionada la nueva abuela, Clara.
-Ella es mi mamá. Se llama Clara.
-Pero están bellísimos. ¿ya comieron?
-Morimos de hambre – dijo Nuria en la puerta de la casa.
-Entren. Ya preparé la comida.
Israel, por primera vez se estaba sentando a la mesa con su nueva familia.
Fue un día lleno de emociones. Clara ya había preparado las recamaras de los dos jóvenes. Cada uno tendría su propia recamara. Por la noche, Nuria subió a los cuartos a darles las buenas noches a sus hijos. Se fue a su cuarto y no durmió en toda la noche.
- ¿Necesitarán algo? – preguntó Nuria.
-Déjalos. Necesitan tiempo para acoplarse – le dice Emilio.
-Talvez necesiten algo, más cobijas.
-Nuria, ellos están en esta casa. No les va a pasar nada. Dales tiempo para que acostumbren a nosotros – Emilio trataba de ser sensato – duerme.
Emilio cerro los ojos y al poco rato se quedó dormido, pero Nuria no cerró el ojo para nada.

Continuará…