¿Qué me está sucediendo?
Me siento muy extraña, me he despertado diferente y aunque parezca mentira a pesar de ser ciega desde hace varios años, creo ver una luz tan potente que no me permite abrir mis ojos.
No puedo con mi asombro, ese dolor de cabeza tan intenso que vengo padeciendo desde hace mucho se me fue, esto es un milagro, me siento infinitamente agradecida por todo lo que está sucediendo, dejar el dolor, no tener que sufrirlo, es más de lo que imaginaba. Quisiera estar con mi hija, pero sé que con sus casi nueve meses de embarazo le va a ser difícil venir. Va a ponerse muy contenta cuando le cuente que por fin la voy a poder volver a ver y más aún, a mi nieta, mi primera nieta y Dios me da la alegría de poder verla, casi no puedo creerlo. Sólo hay algo que aún, no entiendo, no sé qué me sucede, estoy perdiendo la memoria…
Estos pensamientos recorrían el cerebro de Agustina, una encantadora mujer que se encontraba internada justamente por esos horribles dolores de cabeza que no le permitían ni siquiera estar con su hija, una joven que había sido internada para tener a su bebé en el mismo sanatorio donde se encontraba su madre.
----Señor Acosta, lo felicito, acaba de ser padre de una hermosa niña, tanto la criatura como su madre se encuentran en perfecto estado, el nacimiento tuvo lugar a las ocho y cuarenta y cinco del día de hoy, lamento que no haya podido estar presente en el parto, pero como hubo que hacerle cesárea debido a que no tenía suficiente dilatación, no se le permitió estar presente, pero todo está muy bien ahora. Aunque debo comunicarle algo inesperado, su suegra acaba de fallecer, el tumor que tenía en la cabeza fue más fuerte que ella y su muerte se produjo mientras dormía, no sufrió absolutamente nada, es más, me atrevería a decirle que según el médico tratante se veía feliz, sonriente.
Acosta no sabía cómo comunicarle a su esposa la muerte de la madre, pero creyó encontrar la manera menos dolorosa de hacerlo.
Al ir a ver a su hija, Acosta le entrega un documento a su mujer que con lágrimas en los ojos lo lee.
Parte médico.
A las ocho y cuarenta y cinco en el sanatorio… fallece la señora….
La madre de la recién nacida lo entendió y a pesar del dolor que sentía esbozó una leve sonrisa sabiendo que su esposo también lo entendería.
Omenia
25/5/2022
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