porque que la vida regalando va
los cantos de las aves en tu amanecer
chirriando unos rayos en el rostro
una mirada más hacia lo lejos
de horizontes hacia la luz tardía
caminado quieto y pasajero
sobre las manos compujidos
que van esperando calor
cual infante caminando prieto
que se aferra a las de su madre
entre una sonrisa dibujada y cerca
retratando sospechas e ilusiones
sortea alegrías descifradas
sin esperar respuestas más que la tuyas
sobre mi mente fría y vacía
será tu compañía y esperanza
que va la huella dejando estelas
entre los hoy y el mañana
van tus caricias tenues de paciencia
amilanando los pechos cerrados
mientras agigantas mi querer infinito
se siente ya el aroma que vas dejando
por aquellos vientos cálidos
que guiando mi camino
sueltas las palabras amables
que más que detalle
son las esquirlas que van tajando el pecho cerrado.