PACTO SINIESTRO

“Extraños en un tren”: dos desconocidos se ponen de acuerdo uno de matar a la esposa del otro y este mataría al padre del primero.
PATRICIA HIGHSMITH

Don Abundio, riquísimo hombre de negocios de la tercera edad, fue abatido de dos tiros al salir de un restaurant de lujo de la ciudad de Guadalajara donde tuvo un desayuno de negocios.

—No hay pistas —dijo el jefe de la policía—, la calle estaba muy concurrida a esas horas del día, lo que se sabe es que una persona enchamarrada con capucha y lentes oscuros de una manera rápida hizo los disparos y se perdió entre la multitud.
—¿Y los familiares cercanos? —preguntó el subalterno.
—La joven y bella esposa está en el extranjero visitando a unos familiares, los demás tienen coartadas.
—De seguro el viejo se negó a pagar derecho de piso y el crimen organizado lo clareo —concluyó el jefe.

Cinco meses después en la ciudad de México, otro hombre de negocios, ya viejo, fue abatido de dos tiros, una copia del suceso de Guadalajara.

Lo anterior lo leí en los periódicos en el lejano año de 1971, era joven. Rosa, preciosa muchacha había sido mi novia y me dejó para casarse con don Abundio, viejo carcamal forrado en billetes. ¡La lana manda!
—Te cuento que tu antigua novia Rosa acaba de fallecer —me dijo mi amigo.
—Ya puedo decirte lo que sé desde hace 50 años.
—¿Qué?
—Conozco quienes asesinaron a don Abundio y al viejillo de la ciudad de México, lo malo es que desde entonces no podía ni puedo probarlo.
—¿Quiénes fueron?
—Ambas esposas eran primas lejanas.